La llegada de un nuevo Papa, el primero nacido en Estados Unidos, ya es un hecho histórico per se. Pero fue su primer mensaje lo que pareciera que convirtió el momento en un símbolo, pues después de hablar en latín eligió el español, no el inglés, su lengua materna. Eligió el español y en ese instante, el mensaje dejó de ser únicamente espiritual para convertirse en una potente declaración política y cultural.
En el contexto marcado por la retórica antimigrante, el ascenso del nacionalismo blanco y la acción polarizante de Donald Trump, un Papa estadounidense que se presenta al mundo en español es todo menos neutral. Habla en la lengua de quienes han sido expulsados del sueño americano, de los que cruzan desiertos y fronteras, de los que fueron llamados “delincuentes” y “violadores” por el presidente. Desde el balcón de San Pedro, el nuevo Pontífice les devuelve dignidad, visibilidad y centralidad.
Son dos estadounidenses en posiciones de poder: el del enorme capital simbólico del Papa León XIV y el del capital político de Trump. Exactos opuestos en el discurso, uno habla de abrazar y el otro de dividir.
El discurso en español resulta en un guiño de continuidad clara del legado del Papa Francisco. El pontífice argentino marcó un quiebre al sacar a la Iglesia del eje europeo y llevarla hacia las periferias: migrantes, pobres, pueblos indígenas, víctimas del cambio climático. El nuevo Papa, al hablar en español, asume esa herencia y la prolonga.
Esta vocación de paz, justicia y cercanía con los marginados viene de lejos. El Papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum, un texto considerado fundamental del pensamiento social católico. Ahí abordaba las injusticias de la era industrial, hablaba del trabajo digno, de la paz entre clases y de la responsabilidad del Estado ante los más vulnerables. Aquel discurso de paz, en medio de la agitación de su tiempo, es hoy rescatado en el mensaje del nuevo Papa, que al elegir el español no sólo toma postura geopolítica, sino también ética: estar del lado de quienes no tienen voz.