Un feminicidio más, pintado de rosa. Uno de los casos que más ha acaparado la atención pública, incluso a nivel internacional, es el asesinato de Valeria Márquez, una joven emprendedora, influencer y también modelo, que gracias a su carisma, simpatía y manera de mostrar su día a día, conectó con una audiencia que la llevó a tener alrededor de cien mil seguidores.
Una joven de tan sólo 23 años, cuyas ilusiones recién se construían, Valeria habría sido estudiante de odontología en la ciudad de Guadalajara, para luego seguir el camino del emprendimiento en el área de la belleza.
Pese a sus pocos años, habría sido una mujer que dejó huella en la vida de muchas personas, huella que se ha convertido en un cráter en el corazón de aquellos que la querían.
Con Valeria tuve la oportunidad de coincidir, cuando ambas habríamos competido por la corona de Miss Jalisco en 2023, cosas tan simples como la cotidianidad de haber interactuado, haber compartido contactos o incluso elogios la una a la otra, me genera una herida en el corazón ante la ola de violencia actual, ante la pregunta ¿pude haber sido yo?
No basta con enterarnos de un feminicidio, mismo que se ha convertido en noticia internacional, ¿por qué?
¿Es el morbo? O probablemente es la impresión de que nuevamente un homicidio quedó captado ante las cámaras y fue proyectado a los ojos del mundo a través de lo que hoy es el espejo de las personas: las redes sociales.
Aún después de darse a conocer la noticia y pedirse justicia, la conmoción mediática y el comportamiento de las redes sociales tampoco han sido justos con ella. El video de su asesinato circulando en Internet y compartiéndose, también es un delito, pues recordemos que en nuestro país, existe la “Ley Ingrid”, ley que busca proteger la intimidad y dignidad de las víctimas para evitar su exposición y combatir esta violencia mediática de género que no cesa.
La violencia no únicamente fue ejercida por aquel que disparó el gatillo para terminar con la vida y los sueños de Valeria, sino también con todos aquellos quienes han propagado el morbo. La violencia hacia Valeria no ha terminado, ha continuado con aquellos juicios y comentarios, sin fundamentos, escritos a través de redes sociales, creando historias o conspiraciones a su alrededor.
Una vez más, la violencia se pinta de rosa manchada de sangre, pues de enero a marzo de este 2025, se han registrado al menos 841 feminicidios entre mujeres de entre 0 a 17 años en México. Se pide justicia, se pide paz.
Todas y todos merecemos una vida color de rosa.