Rugieron los Leones Negros, el equipo que “Nació Grande”. La Universidad de Guadalajara recién conquistó el título de la Liga de Expansión y felicidades, pero ¿que ganaron? De verdad, ¿que conquistaron? ¿En que trascendieron? Y no, no se trata de ser un aguafiestas y quitarle el valor del esfuerzo, de la constancia, de la disciplina, de cada uno de los días de este torneo para poder levantar el trofeo de campeón. Pero, ¿y que viene?
Es increíble cómo en el futbol mexicano se nos arrebató de tajo y con una pandemia de pretexto, la alegría y el drama del ascenso y descenso; ver las lágrimas de la felicidad por alcanzar el sueño de jugar en el máximo circuito del balompié nacional; hoy eso no existe y aunque fue maravilloso ver campeonar al cuadro de la Universidad, el duro golpe de la realidad me llevó a pensar… ¿y para qué? Para empezar otra vez un nuevo torneo así como en el barrio, como en el llano, donde nunca avanzas, donde siempre estás en el mismo lugar.
Los Leones Negros podrán festejar de verdad cuando logren el título de la denuncia, de la demanda, el título de la unión y de la fuerza para conseguir de nuevo el ascenso a la LigaMX. Será entonces cuando de verdad puedan dar la vuelta olímpica y celebrar con sus familias, amigos, compañeros y directivos el verdadero sabor de la victoria, porque hoy por hoy salir campeón de la Liga de Expansión es estéril; es sólo la algarabía de unas cuantas horas y después nada de nada, a seguir en lo mismo, porque la cruda realidad cala y duele, pero no es más que la verdad.
Hoy después de festejar y celebrar la victoria del campeonato, los melenudos están saboreando ese amargo sabor que paladearon sus compañeros de torneo como el Atlante, Tapatío, Tepatitlán, incluso el mismo Tampico, que con otra directiva ya había probado las mieles amargas de la conquista del título.
Felicidades, Campeones, pero hoy la verdadera corona será cuando no solo en la cancha sino en los escritorios se vuelva a vencer la injusticia deportiva y se logre regresar el tan ansiado ASCENSO.