La nueva discusión: compra de patrullas
Desde el fin de semana, durante la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobernador del Estado de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, confirmó públicamente que se determinó, concurso público de por medio, la compra de 678 vehículos para labores de las policías de los 125 municipios y diferentes tareas de corporaciones de seguridad del Estado.
De inmediato se desató una discusión pública que ha sido aprovechada por diferentes actores políticos, entre ellos quienes ostentan cargos públicos y son principalmente, integrantes de Morena –aunque también se sumó la dirigencia estatal del PRI Jalisco– para desacreditar la decisión del gobierno estatal.
La crítica más severa se ha centrado en el hecho de que se compraron tres camionetas del fabricante Tesla, del modelo conocido como Cybertruck. Los diferentes actores políticos lo consideran un derroche y un gasto que, acusó por ejemplo el senador Carlos Lomelí, tiene como finalidad beneficiar a algún empresario por su cercanía con el gobernador.
Pablo Lemus, sin embargo, no se ha ocultado y ha respondido.
A las críticas, respondió con otra: “Son políticos de cuarta”.
En una discusión pública que generalmente se ve distorsionada por lo que corre como reguero de pólvora en las redes sociales, el mandatario de Jalisco ha sido condenado.
Él, reviró con una felicitación publicada por la Embajada de los Estados Unidos en México, en la que apunta que el Estado de Jalisco “da un paso audaz hacia la innovación” y agrega que al sumar este modelo a las tareas de seguridad se aporta “tecnología, sustentabilidad y visión de futuro al servicio de la ciudadanía”.
Curiosamente, no se discute si la inversión pública, de 275 millones de pesos, es conveniente o no para las tareas de seguridad.
La discusión nos atrapa en un falso dilema: ¿deben comprarse o no más patrullas? ¿Es un derroche o una inversión correcta?
Es cierto que gastos e inversiones públicas siempre, siempre, deben estar bajo la lupa y la crítica debe aceptarse porque nunca faltará quién proponga que las cosas pudieron haberse hecho de otra manera.
Pero también es verdad que desde hace varias administraciones, en todas las policías municipales del Estado, incluidas las del Área Conurbada de Guadalajara, hay menos patrullas, menos políticas y menos equipamiento del que se requiere de acuerdo con las normas internacionales.
¿Si la compra de vehículos hubiera sido sólo de autos económicos, se hubiera aprobado la medida del gobierno estatal? Quizá la crítica hubiera sido entonces que no eran las unidades adecuadas.
La crítica debe ser bienvenida y atendida. Sin embargo, siempre debe quedar vigente la facultad de las autoridades democráticamente electas y facultadas por la ley, para tomar decisiones.
Y además, después de esta inversión, ahora viene la discusión real: ¿Cuáles son los tiempos y las metas para reducir el índice de delitos, para detener a sospechosos y procesarlos debidamente?
¿Cuáles serán los resultados y cuándo los presentarán? Ese es el verdadero reto y el sentido de la discusión.
