En esta elección no se juega solo el futuro del Poder Judicial y su efecto de contrapeso de los otros dos poderes en los que se divide el sistema político de México, se juega también el ánimo del votante en quien siempre está la duda presente sobre el sentido que tiene el ir a votar: ¿de qué sirve acudir a las urnas si no sabemos por qué, ni para qué votamos?
¿Se está votando por un mejor sistema de impartición de justicia? (léase como “un país más justo”), ¿se está votando por mejores perfiles de jueces, juezas, magistradas, magistrados, ministras y ministros?, ¿se está votando para encontrar perfiles afines a la 4T o en contra? Aaah, no… ¡que no es una elección de carácter partidista!, ah bueno, entonces ¿por qué se está votando?
Lo que veremos el próximo domingo 1 de junio, lejos de ser un ejercicio de votación ciudadana consciente, se convertirá en una suerte de expectación confusa. Quien decida ir a votar recibirá 6 boletas; cada color le indica distintos cargos y dependiendo el cargo será el número máximo de nombres que pueda elegir. Pueden ser menos, pero no más. Si elige un nombre de más se anula todo ¿cierto?, o ¿a quién le quitarán el voto?
Lo cierto es que no se trata de elegir propuestas ni proyectos, sino perfiles seleccionados para ocupar cargos clave, sin ofrecer a la ciudadanía información clara ni la posibilidad de evaluar sus valores o visión. Así, la sociedad debe votar prácticamente a ciegas, en un proceso que parece más una selección administrativa disfrazada de elección popular.
La única forma de conocer a los candidatos es a través de páginas web y redes sociales, recursos que requieren acceso a internet y habilidades digitales, falta de inclusión que evidencia una simulación; súmele que el proceso electoral enfrenta los mismos riesgos que otras elecciones en nuestro país: acarreo, manipulación de votos y opacidad en el conteo. Con votos trasladados y contados fuera de las casillas, habrá desconfianza.
De modo pues que el domingo, más que una elección, el país enfrentará un acto de fe en la democracia, votando a ciegas.