Reapareció Andrés Manuel López Obrador. Con el descaro de siempre. Con la demagogia de siempre. Con las mentiras de siempre.
Salió a votar en la elección judicial. Destacó el proceso y celebró que Claudia Sheinbaum sea la mejor presidenta del mundo.
Hoy vale la pena recordar qué nos heredó López Obrador.
El creador de Morena dejó las bases para una próxima crisis financiera en el Gobierno federal. El Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 destina 1.1 billones de pesos a programas sociales, lo que representa 12.1% del gasto total del Gobierno. En 20 años, el envejecimiento de la población y el desembolso en los subsidios presionará a las finanzas públicas y dejará en los huesos a la inversión pública.
Por otra parte, el gasto federal en el sistema de pensiones en México alcanza los 2.1 billones de pesos, lo que representa aproximadamente 23.5% del Presupuesto de Egresos de la Federación y cerca del 6% del Producto Interno Bruto (PIB). En dos décadas, será otra crisis.
El otro problema es la deuda pública federal. Aunque una de sus principales promesas de campaña fue no endeudar más a México, López Obrador incrementó la deuda pública más de seis billones de pesos durante su sexenio. Si Enrique Peña Nieto terminó con pasivos por 10.8 billones de pesos en diciembre de 2018, AMLO finalizó con 17.4 billones de pesos. Eso detonó que durante el primer trimestre de este año, Claudia Sheinbaum ya debía 17.6 billones; es decir, 236 mil millones más. Y contando.
¿Cuánto nos cuesta el pago de la deuda cada año? ¡Es impresionante la respuesta!
En 2013, el primer año en funciones de Enrique Peña Nieto, el Congreso federal autorizó endeudamientos con bancos por más de 650 mil millones de pesos. Y para el último año de López Obrador, en 2024, los diputados y senadores casi aumentaron tres veces esa bolsa: 1.7 billones de pesos.
El remate de la herencia de López Obrador es la elección judicial. Es el responsable de esa reforma y es el regalo de Sheinbaum para su líder moral.
Es una farsa que se erradicará la corrupción. Los tres poderes de la Unión: Gobierno federal, Congreso de la Unión y Poder Judicial, armaron un operativo nacional para votar por sus cuates. Regresamos al voto corporativo, en donde el crimen organizado también participó en diversas regiones.
Es una simulación afirmar que la población en general salió a las urnas. Y la forma en que se definirán los resultados deja la sospecha de un fraude al estilo priísta en décadas pasadas.
De todo eso, Andrés Manuel López Obrador es el primer respondiente.