La renuncia de Elon

Estimados lectores de Quiero TV ¡¿Que tal una pregunta antes de comenzar el análisis?! ¿Alguno de ustedes apostó con sus amigos a que Elon Reeve Musk terminaría su encargo de cuatro años al frente de la oficina denominada DOGE, que tenía la responsabilidad de reducir el gasto del gobierno? ¡Quien apostó por el SÍ… perdió!
Debemos recordar hoy que para cumplir el perfil de un buen funcionario público, se requiere vocación, paciencia, espíritu de servicio y sobre todo, no tener conflictos de interés. ¿Qué es esto? Pues que una persona NO podrá servir a los ciudadanos, cuando no puede despegarse de sus actividades profesionales sobre todo cuando estas interfieren con el arte de gobernar.

Esto fue lo que le pasó a Elon Musk. El viernes pasado renunció a su cargo en medio de amables palabras de su jefe, Donald Trump, quien para suavizar la salida, le agradeció los servicios prestados durante cuatro meses, durante los cuales solo pudo reducir 175 mil millones de dólares, de una meta global de un billón; lo que si alcanzó a hacer Musk, fue despedir a 260 mil empleados federales, que ahora no saben qué será de sus vidas.

Lo cierto es que Elon fue un ministro sin cartera que se convirtió en el asesor más cercano de Donald Trump, sobrepasando en algunos temas al mismo vicepresidente, J.D. Vance, que solo atinaba a ver cómo Trump le dispensaba tanta atención al empresario más rico del mundo, que incluso se animó a llevar a su pequeño hijo de nombre X a la Oficina Oval, en ocasión de un informe al presidente bajo la lente de los periodistas.

Recordemos que la alianza de Trump con Musk inició al compartir ideología y recursos, pues el originario de Sudáfrica le invirtió a la campaña MAGA, MAKE AMERICA GREAT AGAIN, casi 250 millones dólares y posteriormente Trump, le recompensó al nombrarlo director de la oficina de eficiencia gubernamental y producirle en persona, un spot publicitario en plena Casa Blanca para promover su último modelo de su casa automotriz Tesla.

Sin embargo, las alianzas suelen resquebrajarse cuando las partes no se ponen de acuerdo al momento de poner en operación las políticas públicas torales que le dan vida al gobierno, como es el caso en comento. La manzana de la discordia fue la estructuración del presupuesto. Musk consideró que el nuevo proyecto era demasiado costoso y contrario a los objetivos del DOGE. ¿El resultado de esta declaración televisiva? A las pocas horas llegó la renuncia. Ya puede usted imaginar las presiones y las llamadas que recibió Trump en la Casa Blanca provenientes desde el Senado y el Partido Republicano; le puedo asegurar que no fueron pocas.

En la política, las formas importan y mucho. Musk en lugar de conciliar los cambios en el gobierno, que es un aparato muy pesado, y realizar un efectivo cabildeo con la clase política para contar con su apoyo en estas tareas, se enfocó en reestructurar todo el organigrama queriendo reemplazar a la burocracia y alterar la dinámica gubernamental.
La conclusión ya la sabemos todos: A Elon Musk le faltó el oficio político necesario para participar en la vida pública y se regresó al mundo de los negocios donde es muy exitoso.
Seguimos en conexión.