En el marco del Mes del Orgullo LGBTTTIQ+, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco reitera y refrenda su compromiso institucional en la promoción y garantía de todos los derechos humanos, en particular con los grupos en situación de vulnerabilidad e históricamente discriminados, como es la población lésbica, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual, intersexual, queer y demás identidades y expresiones no binarias (LGBTTTIQ+).
Uno de los actuales desafíos que enfrenta este sector es indiscutiblemente la desarticulación de las narrativas o “discursos de odio”, un concepto de carácter simbólico, pues no existe una definición universal aceptada por el derecho internacional de los derechos humanos. Sin embargo, en los diversos estándares latinoamericanos relativos a la vinculación de la cláusula de igualdad y no discriminación se ha definido que estos son ataques a la dignidad, respeto, tolerancia, inclusión y diversidad, principios conductores de los derechos humanos, que quebrantan la intimidad y privacidad de las personas. Este lenguaje intimida, oprime e incita al odio o la violencia contra una persona o grupo con base en su origen étnico, religión, nacionalidad, género, orientación sexual, discapacidad u otra característica grupal, y no conoce fronteras de tiempo ni espacio.
Los discursos de odio son la respuesta a los diversos fenómenos sociales discriminatorios específicos que concatenan una violencia sistemática al criminalizar las identidades y expresiones de géneros diversos, las orientaciones sexuales que no siguen la norma heterosexual y los rasgos biológicos de las personas que no cumplen con la lógica binaria. A los discursos de odio se equipara la terminología de discurso estigmatizante , pues ambos tipos de narrativas perpetúan estereotipos dañinos y fomentan un ambiente hostil y segregativo para la población LGBTTTIQ+. Debemos entender que la estigmatización es el rechazo particular de un grupo de personas por considerar que sus características son inferiores o anormales.
El lenguaje tiene un poder de comunicación institucional, así como el poder de herir la intimidad y dignidad de las personas. Comúnmente, esta carga va dirigida hacia los grupos en situación de vulnerabilidad e históricamente discriminados, como es la población LGBTTTIQ+. Estas prácticas son ejercidas a través de expresiones y declaraciones de odio, mensajes en redes sociales, textos y videos que generan la normalización de la violencia simbólica y estructural en contra de este sector poblacional. Por ello, asumiendo esta labor, esta defensoría articuló la Guía de Lenguaje Incluyente y Buenas Prácticas para Erradicar los
Discursos de Odio en Materia de Diversidad Sexual, como herramienta amigable en el adecuado abordaje lingüístico libre de discriminación y violencias simbólicas a esta población.
La guía mencionada responde a los esfuerzos de esta defensoría pública de los derechos humanos, en colaboración con las diversas instituciones públicas locales e internacionales, como es la Relatoría sobre los Derechos de las Personas LGBTI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como de las expresiones de la sociedad civil organizada especializadas en la defensa de los derechos humanos de la diversidad sexual para la implementación de lenguaje inclusivo, con el fin de atender el desconocimiento y mal uso de narrativas hacia las personas LGBTTTIQ+ dentro de la administración pública de Jalisco, en donde se recurre a la perpetuación de los estigmas, los estereotipos, la jerarquía sexual, la concepción binaria de sexo y género, la misoginia y la discriminación. Lo anterior, aunado a la combinación con la intolerancia generalizada hacia esta población que, a su vez, refleja la discriminación que suele ser recurrente a través de discursos de odio.
Invitamos a todas, todos y todes a reflexionar y aplicar el lenguaje incluyente, un medio para promover relaciones de respeto e igualdad entre los géneros, visibilizar a la población LGBTTTIQ+ y prevenir la violencia y discriminación contra cualquier persona.