La escuadra de André Jardine vivió un semestre para el olvido, y es que después de cuatro años siendo un equipo competitivo, estando a tope, peleando por títulos, tenía que llegar el momento en que se les acabara la “gasolina” y empezaran a cometer errores y tener bajas de juego.
Desde el punto de vista de este servidor, lo que sucedió este semestre para los azulcremas es algo normal y trataré de explicarme. Las Águilas vienen de semifinales con Solari; tras ese proyecto llegó Fernando Ortiz, el famoso “Tano”, quien no logró el título en dos ocasiones y terminó por irse, pero estamos hablando que fue un año al máximo nivel y quedando fuera a falta de dos partidos. Después llegó la consolidación de ese proyecto; quizá con su dosis de fortuna, André Jardine lograría ganar un tricampeonato, algo que no se había visto en décadas en el futbol mexicano y estuvo a minutos de ser tetracampeón.
Hoy es cierto, para muchos será fracaso que el América se haya quedado como el “águila de los 3 pescados”, es decir, sin liga, sin Champions Cup y ahora sin Mundial de Clubes. Pero aquí es donde yo cuestiono a todos los que en su momento aseguraban que los títulos del tricampeonato eran comprados. ¿Dejó de pagar el América? ¿No llegó el depósito a las oficinas de la LigaMX o de la CONCACAF?
El argumento fácil de decir “son comprados” quedó eliminado. América llegó a su tope deportivo, físico y mental. Normal que cayeran de ese ritmo y normal o previsto, que tarde o temprano terminarían quedando fuera de alguna competencia. Este semestre tuvieron la mala fortuna y se les juntó todo en Coapa: lesiones, cansancio, pleitos, disgustos, trabajo, etc.
América volverá a reorganizarse, reagruparse; habrá cambios de jugadores, ventas, salidas y demás. Para el siguiente torneo, las Águilas nuevamente estarán peleando por el título y siendo competitivos como su historia lo marca.