Su alianza fue espectacular y su ruptura no se queda atrás. Donald Trump y Elon Musk consumaron este jueves su divorcio en público: el presidente lo acusó de estar “loco” y el empresario de “ingratitud”.
El presidente estadounidense aseguró en su red Truth Social que dio por terminada la misión presupuestaria de Elon Musk, quien, según él, se había “vuelto loco” por una decisión desfavorable a los vehículos eléctricos.
“La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es rescindir los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, amenazó al jefe de Tesla y de SpaceX en otro mensaje.
En su red X, Musk respondió diciendo que SpaceX “comenzará a desmantelar inmediatamente su nave espacial Dragon”, utilizada por la NASA para transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS).
La pelea, a la vista de todo el mundo, hundió la cotización de Tesla, que perdió decenas de miles de millones de capitalización en Wall Street y cerró con una caída de -14,26%.
El hombre más rico del mundo respondió en vivo en su plataforma de redes sociales X mientras el republicano todavía daba su versión ante las cámaras del mundo entero.
“Estoy muy decepcionado, porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley mejor que casi cualquiera de los que están sentados aquí (…) De repente le plantea un problema”, aseguró Trump, de 78 años.
Todo ello menos de una semana después de que Trump despidiera en el despacho oval al rostro visible de la comisión de eficiencia gubernamental conocida como DOGE y encargada de recortar los gastos.
Musk, nacido en Sudáfrica, respondió igual de tajante. “Falso”, dijo sobre la afirmación de que ha visto el proyecto de ley con anticipación.
“Cualquier cosa”, escribió el hombre más rico del mundo sobre un vídeo en el que Trump dice que su exasesor está enfadado por la pérdida de subsidios para los vehículos eléctricos.
Fue más lejos al decir que sin su ayuda el republicano “habría perdido las elecciones” presidenciales de noviembre, para las que Musk desembolsó casi 300 millones de dólares.
Musk no dudó en dar golpes bajos, afirmando, sin pruebas, que el nombre del presidente figura en el expediente de Jeffrey Epstein, un financiero estadounidense acusado de delitos sexuales y que se suicidó en prisión en 2019.