La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró este martes un toque de queda nocturno en el centro de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, tras varias noches de protestas contra las redadas migratorias del presidente Donald Trump, quien escaló su retórica contra las manifestaciones.
“He declarado (el estado de) emergencia local y decretado un toque de queda en el centro de Los Ángeles para detener el vandalismo y parar los saqueos”, dijo Bass a periodistas.
El presidente afirmó que las protestas son una invasión de un “enemigo extranjero”.
Pequeñas protestas se registran este martes por quinto día consecutivo en el centro de Los Ángeles.
Las escuálidas manifestaciones se aglutinaron frente a un edificio federal que se ha convertido en epicentro del descontento social contra las redadas migratorias en Los Ángeles.
A mediados de la tarde, la policía local comenzó a dispersar a las personas con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos.
Las manifestaciones, que se desataron el viernes en respuesta al avance de las redadas en comunidades y lugares de trabajo, han sido mayoritariamente pacíficas. Pero hubo algunos disturbios con tiendas y vehículos vandalizados.
Más de cien arrestos fueron realizados por las fuerzas del orden locales en las últimas 24 horas, en su mayoría por desobedecer órdenes para dispersarse, de acuerdo con la policía de Los Ángeles.
A pesar de los focos de protesta, la ciudad se mantiene con normalidad.