Caímos en la trampa.
Sí: los latinos del área de Los Ángeles, y muchos mexicanos de este lado de la frontera, nos fuimos con la finta y terminamos condenando de manera enérgica y hasta patriotera las detenciones de migrantes hispanos en el corazón de California.
El problema es que el entusiasmo y la demanda enérgica terminó en violencia en las calles angelinas, con tres días de disturbios severos y la intervención policial de miles de policías y hasta soldados para controlar el desaguisado.
Y caímos en la trampa. Eso era justo lo que quería Donald Trump. El mandatario organizó las detenciones de migrantes justo donde más duele a la comunidad hispana, y lo quejosos picaron (¿picamos?) el anzuelo saliendo a las calles para protestar.
Las protestas eran justas y previsibles, pero bastó que uno o dos encapuchados (vaya Usted a saber quiénes eran) comenzaran a apedrear y quemar patrullas, para que la multitud siguiera el ejemplo y cometieran un terrible error político.
Hoy los latinos perdieron décadas de lucha que les llevó a demostrar que son parte fundamental de la comunidad donde viven. Las fotos de las protestas violentas recorrieron noticieros de televisión y portadas de periódicos, derrumbando el prestigio de mexicanos y centroamericanos, y costará trabajo recuperar esa buena imagen.
Donald Trump quiere terminar con el dominio del Partido Demócrata en California, uno de los estados más ricos y liberales de la Unión Americana, y utilizó a los latinos para ello. El presidente no se tentará al corazón y mantendrá sus acciones migratorias y policiales para ir quebrando a los californianos.
La comunidad latina de California, los mexicanos en general, necesitan mucha cabeza fría para evitar la violencia. También necesitan organizarse una vez más para luchar por sus derechos.
Temo que los partidos políticos mexicanos hayan cooptado a los líderes latinos para usarlos únicamente como generadores de votos. Los nuestros allá deben trabajar no pensando en partidos, sino en su propia causa.
Hoy, sin embargo, caímos en la trampa. Ojalá pronto se resuelva todo.