Lo que está ocurriendo en Veracruz es grave. No sólo por lo que implica para Movimiento Ciudadano, sino por el retroceso democrático que representa para todo el país. Morena está intentando robarse la elección de manera cínica y descarada, con la complicidad de quienes deberían garantizar el orden institucional, empezando por la gobernadora.
La gente en Veracruz ha comenzado a darles la espalda. Mientras MC creció en las preferencias de la gente, Morena perdió municipios clave porque no supieron gobernar con el compromiso que merecen las y los veracruzanos. Ante el rechazo en las urnas, su respuesta ha sido la de siempre: desconocer la voluntad ciudadana y torcer las instituciones para imponerse a la mala. En lugar de asumir su derrota, han emprendido una operación de manipulación en el órgano electoral local para “corregir” el resultado con trampas y presiones.
Lo decimos sin matices: estamos frente a un fraude electoral orquestado por Morena, y como bien lo ha advertido nuestro Coordinador Nacional, Jorge Álvarez Máynez, no estamos exagerando. Hay evidencia clara del uso de programas sociales con fines electorales, amenazas, violencia y una embestida directa contra nuestras y nuestros candidatos. Y cuando eso no bastó, vino el intento de sabotear los conteos: violentando la cadena de custodia de los votos, abriendo y alterando los paquetes electorales, alterando las boletas para anular los votos válidos emitidos a favor de Movimiento Ciudadano y sus candidatos. Todo, para intentar que la voz ciudadana no cuente.
En varios municipios quedaron exhibidas todas las irregularidades que cometieron para rechazar la voluntad de la gente y asumirse como ganadores, incluso horas antes de que se conocieran los resultados. La gobernadora Rocío Nahle olvidó que su responsabilidad era asegurar la realización de una jornada electoral libre y en paz; contrario a eso, se vistió en su papel de militante de Morena para asegurar el voto por ese partido y encubrir las irregularidades que cometieron.
El peligro es real. No se trata sólo de Veracruz, ni del ataque que han emprendido contra Movimiento Ciudadano. Se trata de la democracia y del futuro de todo el país; este atropello puede intentar replicarse en otros estados y representa un riesgo latente rumbo a las elecciones de 2027 y 2030. Morena actúa como los peores de antes y, para muestra, ahí está su similitud con los Yunes, a quienes tanto criticaron y ahora imitan sin pudor.
Desde Jalisco, respaldamos totalmente a nuestra dirigencia nacional y a nuestros amigos y amigas en Veracruz que han dado la batalla por hacer respetar la voluntad de la gente. No permitiremos que el poder fáctico sea más fuerte que el voto. Hoy más que nunca, es tiempo de defender a México del autoritarismo y la impunidad, venga de donde venga.