Cada tres años, durante las campañas políticas por las presidencias municipales, la ciudadanía escucha promesas, propuestas y slogans que aseguran buenos resultados. Es parte del ritual electoral: recorridos, discursos, compromisos que apelan a la esperanza.
Sin embargo, lo que la mayoría de las personas realmente espera es claro y concreto: seguridad, servicios públicos de calidad, empleo, salud, educación y, en pocas palabras, un “buen gobierno”.
En términos generales, entendemos por buen gobierno un modelo de ejercicio del poder público que se caracteriza por la legalidad (Estado de derecho), la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, la eficiencia administrativa y el respeto a los derechos humanos.
La clave del éxito para cualquier autoridad reside en encontrar el equilibrio entre estos elementos. Porque en pleno siglo XXI, no hay buen gobierno sin transparencia, sin rendición de cuentas, sin apego a la ley y sin participación de la ciudadanía en el diseño e implementación de las políticas públicas. No basta con hacer; hay que hacer bien y de forma abierta.
El problema comienza cuando se coloca en cargos públicos a personas sin la formación adecuada ni el perfil idóneo para la responsabilidad encomendada. Es decir, cuando los puestos se asignan por razones políticas y no por mérito. Hay quienes aún confunden la lealtad política con la capacidad profesional y la preparación técnica necesarias para gobernar. Y esa confusión, muchas veces, cuesta caro a la sociedad.
Hace unos días, culminé un proyecto personal y profesional que me tomó años de trabajo, estudio y reflexión. Publiqué el libro titulado: “El Buen Gobierno: la profesionalización y sus desafíos en el Servicio Público en México”. En él, investigo, documento y analizo los elementos que deben seguir las administraciones públicas para garantizar el derecho humano a la buena administración pública.
Desde aquí, recomiendo con respeto a quienes hoy tienen el privilegio y la responsabilidad de ser servidores públicos —en cualquiera de sus modalidades— que lean esta obra. No porque tenga todas las respuestas, sino porque recoge experiencias, investigaciones y propuestas que pueden ayudar a tomar mejores decisiones, a obtener mejores resultados y, sobre todo, a cumplir con la promesa de ofrecer un buen gobierno.
Disponible para su consulta y descarga en: https://rediberoestudios.org/