En el Área Conurbada de Guadalajara convivimos con el que ha sido conocido como el río más contaminado de América Latina: el Santiago. Y sigue así.
Ayer en el Congreso del Estado se efectuó una mesa más como parte del diálogo para conformar el Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza que debe aplicarse hasta el año 2030, y en esta mesa estuvieron presentes funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente y de la Comisión Estatal del Agua.
Diputados de oposición (de los partidos Morena, Futuro, Hagamos), hicieron algunas de las preguntas y señalamientos más críticos en torno de la contaminación de este río, y señalaron como un fracaso que en el sexenio pasado se presumieron inversiones millonarias para sanear el río… algo que no ha ocurrido.
De hecho, en el diálogo entre funcionarios del gobierno estatal y los diputados, se lanzó una presunción sorprendente: En el Estado de Jalisco existen 231 plantas de tratamiento de aguas residuales, pero sólo 142 están en funcionamiento pleno, pero cuentan con la capacidad de hacer el tratamiento de 12.2 metros cúbicos por segundo, lo que supuestamente representa el 93% del total del agua que usan los jaliscienses.
¿Quiero esto decir que las 89 plantas de tratamiento de aguas residuales que no están funcionando sólo tienen capacidad para tratar el 7% del agua que se utiliza para actividades humanas en el Estado?
La afirmación no tiene lógica y es totalmente cuestionable.
Si como se afirmó en el Congreso, se está dando tratamiento al 93% de las aguas residuales, entonces el Río Santiago habría dejado de ser ya un cuerpo de agua tan contaminado. La realidad es otra.
En la actual administración federal, se anunció la aplicación de siete mil millones de pesos para el saneamiento del Río Santiago. De hecho, ya se realizó una visita formal en la que estuvo el gobernador Pablo Lemus y se recorrieron varios predios en los que es evidente la contaminación.
Paradójicamente, parte del presupuesto está contemplado para construir nuevas plantas de tratamiento.
Es evidente que el discurso de funcionarios estatales y federales pasa por la aplicación de recursos económicos para obras que limpien la contaminación, pero está totalmente desfasado de la percepción pública.
El gobierno estatal encabezado por Pablo Lemus ha determinado cuatro proyectos estratégicos que pasar por rehabilitar varias de las plantas que no funcionan y sanear integralmente las cuencas de San Andrés, Osorio y San Gaspar, además de empujar la restauración de la cuenca de El Ahogado.
Otra vez, debe esperarse hasta el final del sexenio para corroborar resultados.