Existen grandes diferencias entre una democracia consolidada, una democracia en desarrollo y una democracia en proceso de desmantelamiento. México, durante las primeras dos décadas de este siglo, trabajó para consolidarse como una democracia plena, pero hoy transita aceleradamente hacia una autocracia popular.
La creación del IFAI y la consolidación de organismos autónomos como el INE, el IFETEL o la COFECE costaron años de trabajo y maduración institucional. Fueron posibles gracias a la voluntad de los partidos en el poder y de la oposición, pero, sobre todo, por el impulso decidido de la sociedad civil, la academia y los medios de comunicación.
El actual régimen de Morena está debilitando la democracia mexicana con las malas decisiones que se toman todos los días desde el Ejecutivo y el Legislativo. Por un lado, mediante la desaparición de organismos autónomos como el INAI, el IFETEL, la COFECE o el CONEVAL; por el otro, con la creación de leyes que atentan contra el sistema democrático, como la llamada “Ley Censura” o la “Ley Espía”.
A estas graves decisiones de Morena y sus aliados se suma la preocupante situación que enfrenta el Poder Judicial tras el rotundo fracaso del proceso para elegir jueces, magistrados y ministros. Eliminar la carrera judicial para privilegiar a amigos y leales del régimen en estos cargos pone en riesgo la certeza jurídica del país.
Para nadie es un secreto que la economía nacional no va bien. Las inversiones no están llegando, y esto es consecuencia directa de las malas decisiones que han provocado que en México no exista certeza jurídica, seguridad ni garantías de suministro de energía eléctrica.
Y para rematar, ahora pretenden impulsar desde el poder una reforma electoral para eliminar las listas de representación proporcional, mejor conocidas como plurinominales, que precisamente existen para garantizar la presencia de la oposición en los congresos y evitar que el poder quede concentrado en un solo grupo. Morena y sus aliados ya obtuvieron esa mayoría mediante acciones ilegales; hoy buscan blindarla con una reforma que les permita no tener que batallar en 2027.
Lo más cuestionable es que una reforma de este tipo —que busca debilitar la democracia— provenga desde el propio poder.
El desmantelamiento de la democracia busca cumplir el sueño de Andrés Manuel López Obrador a través de Claudia Sheinbaum: un país sin contrapesos, sin organismos autónomos, sin oposición, donde puedan eliminar todo lo que estorbe a sus intereses y a los de sus cómplices.
Desde Acción Nacional seguiremos siendo una oposición firme y congruente que defiende a México. Recordemos que el PAN nació en la oposición y enfrentó un sistema poco democrático durante décadas, hasta lograr la alternancia en el año 2000. Hoy Morena no nos intimida. Seguiremos resistiendo y luchando para evitar que sigan protegiendo a los delincuentes, para que México deje de ser un narcoestado y retome el camino democrático que tanto trabajo costó construir.