La detención de Julio César Chávez Jr., el hijo de la leyenda mexicana del boxeo, es una de esas “noticias bomba” que de inmediato se convierten en titulares en todos los medios de comunicación y las redes sociales. ¿Pero qué hay detrás? ¿Simplemente una orden de aprehensión como confirmó la Fiscalía General de la República (FGR)? ¿Una orden emitida ¡en marzo de 2023!, cuando el fallido boxeador ha circulado libremente en los Estados Unidos y aparte, acaba de participar en una pelea anunciada y televisada con un conocido influencer?
No, hay más cosas detrás.
Primero, hay que decir que Julio César Chávez Junior llega a este momento de su vida dejando detrás una larguísima estela de escándalos y conflictos con las autoridades.
Su vida sentimental (está casado con una mujer que fue pareja de un hijo del “Chapo” Guzmán), sus adicciones y sus públicos conflictos con su famoso padre, lo convirtieron en invitado permanente de los espacios de cotilleo y farándula.
Pero su apresamiento en este momento permite otras lecturas. Fue detenido y encadenado por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que actualmente practican redades contra migrantes en varias de las más importantes ciudades de los Estados Unidos. Argumentaron que está relacionado con el crimen organizado, el tráfico de armas de fuego, municiones y explosivos, y por si faltaran más delitos, lo asocian con el Cártel de Sinaloa.
Con ese listado de acusaciones, al joven Chávez le esperaría un escandaloso juicio y una condena de muchos años en alguna cárcel de mediana o máxima seguridad. Pero no, en lugar de ello, lo enviarán a México en lo que denominaron una “deportación acelerada”, porque en nuestro país –como confirmó la FGR– se ordenó detenerlo hace dos años por los delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas.
A partir de estos señalamientos, la historia se convierte en una colección de absurdos y contradicciones.
Julio César Chávez Jr., por más que haya echado a la basura una prometedora carrera en el boxeo profesional y arrastre el ilustre apellido de su padre, es una figura muy reconocida para los mexicanos y latinos que viven en los Estados Unidos. Su detención es otro mensaje para los migrantes que ya están en territorio estadounidense o que aspiran a llegar allá alguna vez.
Su deportación a nuestro país se debió, seguramente, a un acuerdo extraoficial con autoridades mexicanas, obligadas a acatar este acuerdo en el marco de la “colaboración sin sumisión” que priva en la relación bilateral des que el presidente Donald Trump asumió el poder.
Ahora queda ver qué pasará con Julio César y su nuevo episodio de vida, ahora como arrestado en México.
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