El Fluminense sigue soñando despierto. Cuatro días después de apear al Inter de Milán del Mundial de Clubes, el equipo brasileño avanzó este viernes a las semifinales al vencer 2-1 en Orlando a otra sorpresa del torneo, el Al Hilal saudí.
Dos golazos de Martinelli (40) y Hércules (70) le dieron el triunfo a los cariocas ante el equipo árabe, que descontó por intermedio de Marcos Leonardo (51).
El Flu espera ahora en semifinales al ganador del otro partido del viernes: Palmeiras-Chelsea. En caso de victoria del Verdao, habrá un equipo brasileño en la final de la competición.
Hasta el gol de Martinelli el partido fue el triunfo de las defensas sobre los ataques. Ambos equipos se cerraban bien atrás, y a los atacantes les costaba un mundo encontrar una brecha. Mucho orden táctico y apenas ocasiones.
Los saudíes intentaban activar a su dupla brasileña, Marcos Leonardo y Malcom, pero siempre fallaba el último pase o aparecía una pierna rival para desbaratar las jugadas.
El Flu tocaba con paciencia a la espera de un hueco que no llegaba, y Jhon Arias, su mejor jugador del torneo, se tenía que descolgar muy lejos de la portería saudí para recibir el balón.
En ese tramo la mejor ocasión fue un disparo alto del centrocampista brasileño Nonato tras una pérdida del Al Hilal en su campo. Muy poco para inquietar al arquero Yassine Bounou, mejor conocido como Bono.
El partido iba camino del descanso cuando un mal despeje de Joao Cancelo le llegó al colombiano Gabriel Fuentes, y éste levantó la cabeza en busca de un socio en el área.
Su centro encontró el buen desmarque hacia atrás de Martinelli, que se zafó de la marca con un control orientado y lanzó un zurdazo imparable a la escuadra de Bono. La numerosa afición brasileña en Orlando podía exultar: su equipo acababa de encontrar la llave del cerrojo.
El Al Hilal ya demostró, sin embargo, que no suele bajar los brazos. Que se lo digan si no al Manchester City, su víctima en octavos. En el tiempo añadido, el central Kalidou Koulibaly cabeceó un tiro libre lanzado por Ruben Neves y obligó a Fábio a una gran atajada con un potente remate de cabeza.
El árbitro señaló un penalti en la jugada siguiente por una zancadilla inexistente a Leonardo, pero el VAR anuló la decisión antes del descanso.