En economía tenemos que distinguir dos tipos de inversión:
A) INVERSIÓN PRODUCTIVA: aquella que realizamos para comprar maquinaria y equipo, construir infraestructura, viviendas, fábricas, centros comerciales etc., denominada inversión fija bruta, e
B) INVERSIÓN FINANCIERA: en la que utilizamos nuestro dinero para invertir en acciones, fibras, CETES, bonos y otros papeles financieros.
La primera se considera productiva y es el principal motor directo del crecimiento económico y generación de empleos. Para ello necesita que las tasas de interés sean bajas, es decir, créditos baratos que permitan comprar maquinaria, equipo de producción, materia prima, etcétera. También necesita certidumbre, un entorno económico y político estable, estado de derecho y mucha seguridad.
La segunda, la inversión financiera, relacionada con la actividad bursátil y los instrumentos financieros, es un motor indirecto de crecimiento económico y es muy importante para canalizar recursos (ahorros y excedentes monetarios) a través de las instituciones financieras hacia la actividad productiva.
El problema es que: los productores de bienes y servicios necesitan tasas bajas y los inversionistas financieros buscan rentabilidad y por ello les convienen tasas de interés altas y estabilidad financiera. La cuestión es difícil de equilibrar para que el dinero pase de los mercados financieros a la actividad productiva y este tránsito a su vez es complejo.
De acuerdo con el INEGI la inversión productiva a la que denomina Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) muestra una continua disminución desde el primer trimestre del 2024 y su tasa de crecimiento anual, desde abril del 2024, ha sido de un -7.7%, acumulando ocho meses consecutivos en contracción.
Por sector, presenta una caída en la construcción del -5.5%, y una caída en la construcción no residencial del -11.8%, mientras que la inversión destinada a maquinaria y equipo ha caído un -9.1 por ciento.
La FBKF es realizada por particulares y por el gobierno. La primera ha caído un -5.0%, mientras que la realizada por el gobierno ha caído un -21.3 por ciento.
Si la desglosamos en el sector de la construcción, los datos son: -1.2% para el sector privado y -30.1% para el público; y de la realizada en maquinaria y equipo, la privada ha caído un -8.6%, pero la pública ha aumentado un 8.0 por ciento.
La caída en la inversión productiva privada total se explica porque los inversionistas consideran que el entorno económico y financiero no es favorable para la inversión debido a la inestabilidad política internacional, la inseguridad pública y los problemas con la política comercial de Estados Unidos. Mientras que la del sector público ha caído por el ajuste fiscal para reducir el déficit, el fin de los grandes proyectos de infraestructura como el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y parte del proyecto del Tren Maya, junto con la falta de espacio fiscal, lo que obliga a priorizar el gasto corriente y social sobre la infraestructura productiva.
Esto explica el bajo crecimiento económico, la disminución en la creación del empleo formal y la reducción en las expectativas económicas para fin de este año.