El gobernador del Estado se había ausentado de la vida mediática de la ciudad y de Jalisco durante varios días, por dos razones: la primera, su breve gira por países asiáticos en la que se atendieron iniciativas para atraer inversiones económicas, principalmente. La segunda, porque a su regreso, encabezó eventos de seguridad y deportivos, pero en ninguno de ellos, atendió a los medios de comunicación, mediante los cuales se comunica regularmente con la sociedad jalisciense. Pero ayer se pronunció sobre un asunto que ha ganado tremendo peso en los últimos días: el SIAPA.
El gobernador Pablo Lemus se alineó con la percepción general: el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) está en tremenda deuda, por la calidad del agua, por las fallas en el sistema, por los socavones y por los escándalos administrativos, principalmente el de #LadySIAPA la señora Elizabeth Castro.
El mandatario lanzó un “está obligado”, refiriéndose al director del organismo, Antonio Juárez Trueba, porque después que se aprobó en el Congreso del Estado el incremento en la tarifa de cobro, “está obligado” a mejorar la calidad del agua, obligado a restablecer los servicios, obligado a revisar el personal interno.
¿Qué dijo del escándalo “Eli Castro”? Que ya se solicitó a la Contraloría del Estado hacer una investigación puntual del tema. Y habría que añadir aquí, aunque no lo mencionó el mandatario, que ya se inició una investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción del Estado.
Pablo Lemus dijo desconocer cómo es que esta persona llegó a la posición de asesora técnica, asignada a la Dirección General del SIAPA y en eso, coincidió también con la percepción general de reprobación y exigencia de explicaciones.
Al final, la carga se dirige nuevamente a Antonio Juárez Trueba. El personaje “obligado” según lo estableció el propio gobernador.
La vida real, sin embargo, es siempre diferente de los discursos.
En adelante, será importante revisar cuáles son las herramientas administrativas y económicas, los apoyos políticos que son indispensables para que el director del SIAPA cumpla con todas las obligaciones que se le han asignado.
Porque ahora, lo observan y lo presionan el gobernador del Estado, los diputados del Congreso local –ahí deberá presentar un informe trimestral sobre el trabajo del SIAPA– y los alcaldes metropolitanos. Pero particularmente lo presionan los ciudadanos, hartos de socavones, de agua turbia, de cortes en el servicio, de empleados con sueldos de lujo y sin conocimiento.
Es el momento más bajo de la crisis. ¿Cómo salir de esto?