La presidenta municipal de Guadalajara, Vero Delgadillo, presentó ayer los avances y los detalles de su estrategia de seguridad. Hubo apuntes de verdad interesantes que aunque debieran ser conocidos por la mayoría, quedan fuera de foco. Al retomarlos, se construye un nuevo juicio sobre la realidad, por ejemplo el siguiente: en Guadalajara viven poco menos de 1.4 millones de personas, pero la intensa actividad del municipio provoca que todos los días deba atender una “población flotante” que eleva la cifra a tres millones de personas.
Así cambian mucho las cosas. No son 1.4 millones, sino tres millones, los que todos los días requieren servicios como transporte, aseo, agua potable, alumbrado, trámites oficiales, salud, alimentación y… seguridad. La alcaldesa Vero Delgadillo subraya que esta realidad hace que el reto de gobernar en Guadalajara tome dimensiones distintas de las que ocurren en el resto de los municipios de la ciudad.
De la exposición de la alcaldesa se derivan datos interesantes. Por ejemplo, el 85% de los eventos con potencial de convertirse en hechos delictivos, se originan en los conflictos entre vecinos. Es un dato sorprendente, que obliga a editar de otra manera “nuestra película” de la realidad, es decir que no hay una cantidad determinada de personas que son delincuentes, responsables de todas las “cosas malas” que suceden. Luego entonces, los ciudadanos sin intenciones de violar reglamentos o leyes, sin el interés de cometer actos delictivos, pueden llegar a participar o fomentarlos.
Es importante esta observación por que modifica de fondo el trabajo en materia de seguridad que propone Vero Delgadillo.
El asunto no se atiende ni se resuelve con muchos policías y sus armamentos, enfrentando a “los malos”. Es cierto: los policías municipales, a quienes la ley denomina “auxiliares”, deben estar armados, equipados, instruidos y capacitados para enfrentar, para reaccionar, ante los delincuentes. Pero también es verdad que pueden contribuir a que la ciudad sea más segura, más “vivible”, como se está proponiendo ahora, si también se acercan con los vecinos y escuchan sus quejas y problemas; si acuden a las escuelas y hablan con los niños y adolescentes sobre los riesgos de tomar decisiones equivocadas o acercarse a drogas o armas.
La presidenta Vero Delgadillo hace un recuento más detallado del proyecto para Guadalajara; insiste en temas como la limpieza, el alumbrado, los servicios, la política social y el apoyo a los que viven condiciones de desventaja, y remata con un concepto que merece ser más famoso y popular: la corresponsabilidad.
En palabras de la alcaldesa, para que Guadalajara sea una mejor ciudad, desde la limpieza en sus calles, los mejores servicios, el mantenimiento de las áreas comunes hasta la seguridad en su vida nocturna, todos sus habitantes tienen que “apropiarse” de la tarea, ser corresponsables. Apoyar y hacer.