El Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) se ha convertido en un territorio de socavones por doquier. No solamente son grandes hoyos en las vialidades producto de la desatención de las autoridades sobre el sistema de agua potable y alcantarillado que muestra un considerable deterioro a consecuencia de su antigüedad, de los insuficientes recursos asignados para atender esas fallas, y de las constantes omisiones como estrategia política de pasar el problema a la siguiente administración, sino que se convierten en un peligro constante para los habitantes durante todo el año, no solo en la época de lluvias.