En la política, como en casi cualquier circunstancia de la vida, hay decisiones que definen el carácter de quienes las toman. Y cuando se toma la determinación personal de plantarse frente a los abusos, de alzar la voz en contra de la mentira y la manipulación, hay que tener en claro que tarde o temprano vendrán los intentos de silenciarnos. Esto no fue nuevo para mí cuando emprendí la lucha en defensa de Colomos III, ni recientemente, cuando nos opusimos contra el tarifazo al SIAPA; y no estaba equivocada.
Esta semana, Morena Jalisco, anunció que interpusieron una denuncia en mi contra por ejercer un derecho básico: decir la verdad, pero sobre todo, por defender el bolsillo de las familias de la Zona Metropolitana de Guadalajara y su derecho al agua. Así de absurdo como se lee. Justifican que hay difamación en su contra, ¿por señalar lo evidente?
Pese a su discurso, Morena fue cómplice de Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado para aumentar 9.65% las cuotas del agua potable a los hogares de la metrópoli; si no lo cree, hay que ver el tablero de las votaciones de la sesión del 26 de junio, para ver que la votación de Morena y sus aliados fue determinante para que este abuso contra la ciudadanía tuviera lugar.
Ahora me acusan por los materiales que el PRI, en pleno ejercicio de su libertad política, difunde en cada colonia para alertar a la ciudadanía sobre este atropello. Es evidente que lo más conveniente para Morena hubiera sido nuestro silencio, pero haber callado hubiera sido una traición a millones de personas que esperan de la oposición una verdadera defensa de sus derechos.
Si en lo local y a nivel nacional, el PRI ha defendido que cualquier persona tiene derecho a la transparencia, ¿por qué en esta ocasión Morena esperaba que diéramos un paso atrás? No hay que saber mucho de política para anticipar cuál sería nuestra postura. Pero al final, la respuesta de Morena no fue un debate, no fue una aclaración pública, ni una disculpa a la ciudadanía por alinearse con Movimiento Ciudadano, fue una denuncia.
A lo largo de estos años, Morena ha dejado claro que su estrategia es judicializar la política para callar las voces incómodas. Pero bien dicen por ahí que “el que nada debe, nada teme”. Por nuestra cuenta, sí usamos la justicia a favor de la ciudadanía: presentamos amparos colectivos para dar marcha atrás a este tarifazo, y acudimos a la CEDHJ para defender su derecho humano al agua; amplias diferencias entre ese partido y el PRI.
En nuestros recorridos por las colonias hemos visto el enojo de la gente, pues no hay agua, y la que hay sale sucia… y ahora cara. Por eso no tengo miedo de esta denuncia, tengo convicción de que estamos haciendo lo correcto. Tengo palabra y tengo un compromiso con la verdad, y eso nadie me lo puede quitar.