El 7 de agosto próximo, la Fiscalía de Jalisco ofrecerá por primera vez una disculpa pública por las omisiones y nulos resultados en la investigación de la desaparición de Dalia Guadalupe y Luis Ramón. La disculpa llegará casi 15 años después (septiembre de 2010) de que la pareja salió de Ahualulco de Mercado con la intención de –vía terrestre– llegar a Estados Unidos.
El último dato de ubicación es en el Estado de Zacatecas, donde Natividad, madre de Dalia, también presentó la denuncia con los mismos resultados: nulos. Dos denuncias, una en Jalisco y otra en Zacatecas, doble omisión, doble desinterés, doble ineptitud. El resultado es un calvario similar al de miles de familias que en México buscan a alguien.
El caso de Dalia y Luis fue llevado por el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en donde en diciembre de 2023 determinaron que hubo afectación al derecho a la búsqueda, localización e identificación, a la verdad, al acceso a la justicia y otra serie fallas derivadas de este caso.
Pienso en el recorrido… en los muchos funcionarios, Ministerios Públicos, policías investigadores, actuarios, peritos, o cuanta burocracia se involucre, que vio pasar el caso y lo fue dejando al final de los montones de papeles que contienen denuncias; después se van a archivo, cajas de cartón color café a la que colocan cualquier número para ligarlo al listado que enuncia los expedientes…
Pienso en el cansancio por la cantidad de trabajo rezagado, pero pienso más en la señora Natividad a quien recién conozco por foto y en la que aparece dirigiendo su mirada al suelo; la curvatura de sus ojos transmite una profunda tristeza, ¿cómo esperar otra cosa? Hace 14 años y 10 meses no sabe nada de su hija y su yerno.
La primera denuncia por estos hechos se presentó en Jalisco, el 18 de octubre de 2010, ante la entonces Procuraduría de Justicia de Jalisco; la encabezaba Tomás Coronado Olmos. A lo largo de casi tres sexenios, la institución no solo fue omisa: fue cómplice de una investigación abandonada, interrumpida y archivada. Ni la transición a Fiscalía General en 2013, ni el paso por la oficina de Luis Carlos Nájera, Eduardo Almaguer, Marisela Gómez Cobos, Raúl Sánchez Jiménez, Gerardo Octavio Solís o Luis Joaquín Méndez, logró cambiar la inercia de inacción… hoy está Salvador González con escasos siete meses y semanas en el cargo, pero con carrera dentro de esta institución, reitero, rebasada.
Doña Natividad Guerrero, madre de Dalia y suegra de Luis Ramón, estará presente cuando el Estado le ofrezca disculpas. Su sola presencia debería incomodar a quienes construyeron sus carreras ignorando expedientes como el suyo, archivados en esas cajas de cartón color café.