El aplazamiento finalmente llegó. El presidente Trump concedió este jueves a México una nueva prórroga de noventa días que deja en suspenso la aplicación de un 30% de arancel general a nuestros productos. Sin embargo, deja en claro que mantendrá el 25% de aranceles para los productos que NO están sujetos al tratado de libre comercio, el llamado T-MEC. La crisis se matiza pero no se extingue.
¿Lo anterior son buenas noticias?… Definitivamente sí, pues tomamos un respiro. Lo relevante ahora es firmar un acuerdo comercial definitivo que permita a ambas economías subirse a los rieles del progreso y dejar esta indefinición que no deja planear a nadie.
Eliminar la reacción y tomar el camino de la certidumbre es sin duda la fórmula a implementar. Es una ecuación que todo el sector privado mexicano y las organizaciones en general, solicitan urgentemente.
La coyuntura también significa para México, implementar un sólido plan de seguridad que le garantice a Trump por un lado, que apliquen sus promesas de campaña ofrecidas a su base electoral: blindar las frontera sur y frenar el ingreso del fentanilo, serán cumplidas y por otro, darnos en México mayores condiciones de tranquilidad y seguridad.
Para un experto negociador como lo es Donald Trump, escritor de tres libros relativos al tema del cabildeo y el liderazgo: “The Art of the Deal”, ”Trump surviving at thetop” y “The America We Deserve”, estirar demasiado la cuerda para lograr más beneficios de los inicialmente propuestos, es una cosa de todos los días, de modo que después de las presiones comerciales a Europa, Canadá y Asia, quien aún dude que el presidente americano está rediseñando el comercio mundial, está viendo otra película.
Estimados amigos, el presente análisis nos da la oportunidad de repasar lo que todo cabildero-estadista debe considerar para alcanzar un acuerdo comercial satisfactorio.
Veamos:
a) Inteligencia para analizar el contexto político-social. En donde debe conocer el entorno legislativo, regulatorio y económico donde opera el país.
b) Entender los intereses, posiciones y tiempos políticos de los tomadores de decisiones.
c) Saber leer el clima político para actuar en el momento oportuno.
d) Construir relaciones estratégicas que les permitan mantener un clima de confianza y ser visto como una fuente confiable de información.
e) Diseñar una narrativa persuasiva que traduzca los intereses empresariales en discursos de valor público, empleo, innovación, inversión y desarrollo integral.
f) Lo más importante: Cambiar de estrategia, si el entorno político cambia.
Nuestro país acaba de esquivar, de último minuto, un nuevo golpe arancelario que nos hubiera puesto en las peores condiciones de crecimiento, de aquí que urge ponerse a trabajar en un plan que propicie que EU no soslaye que somos su principal socio comercial, que durante estos primeros cinco meses del año ha enviado productos por la cantidad 219 mil millones de dólares, un alza del 6% con respecto a la misma fecha del año pasado.
La lógica dicta que debe existir trabajo conjunto y no proceder para dinamitar los puentes.
Esperemos que pronto acabe la incertidumbre.
Seguimos en conexión.