Tiempos de persecución política
¿Cómo comienza una dictadura? No comienza con tanques en las calles, ni con un autoritarismo confeso. Comienza, casi siempre, disfrazada de legalidad y de justicia. Con pequeñas acciones: una denuncia aquí, una “investigación” allá, un juez que se alinea, una prensa que calla, un brazo armado que adquiere poder. Empieza justo cuando se normalizan la venganza, la persecución y el amedrentamiento como instrumentos del poder. Cualquier parecido con Morena no es coincidencia.
Así comienzan las dictaduras. No de golpe, sino de forma muy gradual, y siempre de la mano del silencio estratégico. En los últimos días, Morena ha emprendido una persecución política a gran escala en contra de dos personajes que hemos sido consistentes en denunciar de manera pública el desastre y la tiranía de estos gobiernos. En Jalisco, este partido interpuso una denuncia en mi contra por exhibir su alianza con Movimiento Ciudadano en la aprobación del tarifazo al SIAPA, mientras que a nivel nacional, Alejandro Moreno ha sido el blanco de una persecución brutal por parte del Estado.
En los últimos años, el dirigente nacional del PRI, Alejando Moreno ha sido espiado, difamado, amenazado y hostigado por Morena y la cúpula de sus gobiernos, y la razón no es una búsqueda legítima de justicia, sino una maniobra para dividir, intimidar y debilitar a la oposición.
Desde marzo de 2019, la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción, dirigida por María de la Luz Mijangos, luego de numerosas indagatorias, concluyó que no existía evidencia para ejercer acción penal en contra de Alejandro Moreno, por lo tanto fue exonerado formalmente. Pese a ello, Morena ha mantenido la persecución, pues “Alito” Moreno ha sido el único líder de la oposición con el valor de señalar los vínculos de morenistas destacados con la criminalidad.
Mientras esto sucede, el régimen oficialista mantiene completamente blindados a personajes como Rubén Rocha, responsable de la violencia en Sinaloa, y Adán Augusto López, señalado por contratar a Hernán Bermúdez como secretario de Seguridad, hoy prófugo de la justicia y acusado de mantener vínculos con grupos delictivos en Tabasco, ¿o qué decir de la cúpula morenista a la que se le ha captado en vacaciones de lujo en Europa y Asia, viajando en primera clase y comiendo en los restaurantes más exclusivos?
Resulta ofensivo para la inteligencia de las y los mexicanos que Morena hable de combate a la corrupción cuando protege sistemáticamente a los suyos, señalados de gravísimas faltas. Si nos remontamos al pasado, es el mismo partido que defendió a Pío López Obrador tras ser captado recibiendo sobres de dinero. Es el mismo partido que calló frente a los contratos millonarios del hijo del expresidente, pero ahí no hubo garrote, porque en la dictadura, a los amigos gracia.
La persecución política que hoy vivimos las y los priistas no es casualidad. Nuestra valentía, nuestra capacidad e inteligencia les aterra. Saben que somos la mayor amenaza para terminar con su dictadura, y lo vamos a hacer, de eso no hay duda.
