En economía no hay ganar-ganar, porque las necesidades siempre superan los recursos, y los gobiernos no pueden resolver todos los problemas debiendo priorizar sus objetivos, que a la vez deben ser políticamente rentables para proseguir su ideal de modelo económico.
La pobreza y la desigualdad son las constantes, y más la primera, porque para resolver la pobreza no basta con dar subsidios generalizados, es necesario empoderar a la población, desarrollarle las destrezas y habilidades suficientes para que, por sus propios medios, en un futuro no muy lejano puedan salir de la pobreza. Ello implica educación de calidad, incluyendo finanzas, administración y economía desde la primaria, ¡sí, desde la primaria! Es posible y esta comprobado que puede hacerse. También implica un sistema de salud integral, inclusivo y eficiente, al igual que inversión pública en infraestructura, comunicaciones, transporte, que sea autosostenida, económica y sustentable, lo que implica que cada peso gastado debe ser productivo y ejercer un efecto multiplicador en el crecimiento económico.
México, como muchos otros países, es una nación de contrastes. El problema es que los contrastes son bastante pronunciados. Tenemos buenas y malas noticias, y para muestra van algunos ejemplos.
Sin duda es una buena noticia el que el Producto Interno Bruto real (sin inflación) haya crecido 0.6% en el segundo trimestre de este 2025, y a nivel anual (con respecto al mismo trimestre del año anterior) creció 1.2%. Sin embargo y de acuerdo con el Plan México, para ser la décima economía a nivel mundial (actualmente somos la 12), el crecimiento del PIB debe promediar un 4.5% anual de forma sostenida, mientras que la inversión productiva, aquella que adquiere maquinaria y equipo, construcción no residencial (bodegas, fábricas, almacenes, centros comerciales, etc.) debe alcanzar entre el 25 y el 28% del PIB.
Esta inversión productiva o formación bruta de capital fijo, actualmente es del 23.4% del PIB, y en mayo tuvo una contracción 6.7% anual con un leve crecimiento del 0.9% mensual. Lo preocupante es que los gastos en maquinaria y equipo cayeron 8.2% en términos anuales en mayo, y en términos mensuales el crecimiento fue del 0%, mientras que la industria de la construcción cayó un 5% en términos anuales, pero con un crecimiento del 1.4% en el mes de mayo respecto al mes anterior, ello implica a futuro un menor potencial de crecimiento económico.
Son buenas noticias también el que se haya reducido la pobreza multidimensional en México al pasar de 46.8 millones de personas a 38.5 millones, esto es una disminución de 8.3 millones, y ello es debido fundamentalmente a los ingresos laborales de los hogares, donde el incremento al salario mínimo de un 135% en términos reales desde el 2018 a la fecha.
También es bueno que haya disminuido la pobreza extrema de 9.1 millones a 7 millones de personas, sin embargo, aumentó la población vulnerable por carencias sociales del 26.4% al 32.2%, y mientras la pobreza moderada se redujo 10.7%, la pobreza extrema apenas se redujo un 1.7 por ciento.
En contraste, la población sin acceso a servicios de salud en México se duplicó, pasando del 16.2% de la población en 2018, al 34.2% en 2024, lo que equivale a un incremento del 20.1 millones a 44.5 millones de personas.
El problema es que siguen siendo muchos millones de mexicanos en pobreza y que la desigualdad ha aumentado, ya que el 10% de los hogares más pobres en México tienen un ingreso mensual de $5,598.33 o $2,168 pesos por persona, esto son aproximadamente 70 pesos al día, mientras que el 10% de hogares más ricos tienen un ingreso de $76,698.33 o $20,335 pesos por persona, esto es $2,645 pesos diarios, pero el 1% de los hogares más ricos tienen un ingreso de $958,777 pesos mensuales por persona o $33,061 pesos diarios.
Otro factor positivo es el registro de 1 millón 291 mil 365 trabajadores de plataformas digitales en el seguro social, lo que permitió que el IMSS alcanzara la cifra más alta en creación de empleos formales en su historia, con más de 23 millones 591 mil empleos formales registrados a julio del 2025. Estos trabajadores podrán acceder a beneficios de seguridad social como seguro de enfermedades y maternidad, de riesgos de trabajo, de invalidez y vida, de retiro, cesantía y vejez, y créditos a la vivienda.
Sin duda tenemos buenas noticias, pero aún son insuficientes para lograr un crecimiento económico sostenido, una menor desigualdad y pobreza extrema.