La discusión que debemos tener no es sobre López Mateos y su enorme problema de tráfico, sino sobre cuánto tiempo y dinero nos va a tomar lograr hasta diez líneas de tren ligero y BRT o similares. Eso es lo realmente importante.
Lo que la Zona Metropolitana de Guadalajara necesita desde hace muchísimo tiempo es una enorme red de transporte público que lo mismo vaya hasta Zapotlanejo que a Tesistán y La Venta del Astillero, sin olvidar el corredor de López Mateos hasta Las Cuatas. Nada debe ser más importante a la hora de pensar en la movilidad urbana.
Y crear ese sistema no debe ser simplemente tarea del gobierno estatal en turno. La Agencia Metropolitana de Infraestructura de Movilidad debe ser un órgano rector poderoso y con el concurso de cámaras, universidades, consejos ciudadanos y representación del gobierno federal, para tener la fuerza suficiente para crear el mejor sistema de transporte público de cualquier ciudad del mundo.
Sólo el transporte público masificado podrá resolver los problemas de tránsito local. Construir segundos pisos, más carriles o más avenidas únicamente alarga el problema del automóvil y la saturación de las calles. A más carriles, más rápido llegaremos al siguiente punto de embotellamiento.
Necesitamos mucho transporte público, de excelente calidad, y con horarios extendidos. Eso necesitamos. Y para lograrlo, el dinero destinado a la construcción de caminos debe destinarse mejor a los trenes y demás. No debe haber otra opción.
En la película “El Campo de los Sueños” (Field of Dreams, con Kevin Costner) una voz misteriosa pide construir un campo de beisbol en una granja de Iowa, “y ellos vendrán”. En este caso, necesitamos construir una infraestructura ambiciosa de transporte público en la Zona Metropolitana de Guadalajara; será entonces cuando los automovilistas “vendrán” a utilizarla. Antes no.
Urge. En serio urge.