Policía relata el momento en que auxilió a abuela y nieta tras explosión en Iztapalapa: “Sí me dolió cuando la sostuve y vi que era una bebé”
Una escena estremecedora quedó grabada tras la explosión de una pipa ocurrida el pasado miércoles sobre el puente de La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa. En medio del caos, una mujer, gravemente herida por las llamas, logró correr con su nieta en brazos para ponerla a salvo, lo que conmovió profundamente a quienes fueron testigos del momento.
Uno de ellos fue el oficial Sergio Ángel Soriano, perteneciente a la Policía Bancaria e Industrial, quien prestó auxilio a la mujer y a la niña. Conmovido por lo que presenció, el agente narró su experiencia y cómo la tragedia lo tocó de forma personal, especialmente al ver a la menor herida:
“En ese momento no lo pensé, pero sí me dolió cuando la sostuve y vi que era una bebé porque yo también tengo una bebé chiquita, fue muy duro, te pega, por muy duro que seas, ver una niña en esa situación te pega y la impresión de ver a la abuelita así, quemada, te pega más”.
Con 18 años de trayectoria y recientemente asignado al Cetram de Santa Martha, Sergio explicó que ya había visto antes a la señora Alicia Matías, la mujer que protegió a su nieta Jazmín durante la explosión. No obstante, el estado en el que quedó le impidió reconocerla de inmediato:
“La había visto, porque no llevo mucho tiempo ahí, ya posteriormente me indican que es la checadora, porque su ropa se deshizo y su cara era irreconocible, me la topo pero yo no sabía quién era, ya en la noche que fui a preguntar su estado, me dijo una doctora que estaba grave”.
El oficial también relató cómo, al ver que las ambulancias tardarían en llegar, tomó la decisión de actuar por su cuenta y llevar a la bebé de inmediato al hospital. La situación dio un giro inesperado cuando su cuñado y su hermana aparecieron en motocicleta en el lugar, lo que facilitó el traslado urgente:
“De momento no supe, ya los topé de frente pero yo iba con la bebé y fue muy duro porque la piel de la bebé se derretía, la tocabas y se te pegaba, le digo a mi cuñado ‘sabes qué, llévame, vámonos al hospital’, y sí, nos fuimos en sentido contrario por la avenida”.