El terremoto que sacude a la Iglesia de la Luz del Mundo parece haber dejado pasmadas a las autoridades de Jalisco.
Naasón Joaquín García, actual líder de esta asociación religiosa, purga una condena de 16 años en los Estados Unidos por un juicio que se desarrolló en el Estado de California. Pero nuevas acusaciones, ahora del gobierno federal estadounidense, provocaron que fuera trasladado a la ciudad de Nueva York, donde enfrentará un nuevo juicio que puede conducir a cadena perpetua.
Pero más sorprendente aún, es que haya sido detenida su madre, Eva García de Joaquín, una mujer de 79 años de edad y que como esposa de Samuel Joaquín Flores, se señalada entre otros delitos, de haber sujetado a una niña para que su cónyuge pudiera violarla.
Las acusaciones de la fiscalía en Estados Unidos no sólo apuntan a Naasón Joaquín García, su padre Samuel Joaquín Flores y su abuelo Eusebio Joaquín González, también alcanzan a su madre Eva García y cercanos colaboradores como Joram Núñez Joaquín.
Los delitos de los que son acusados en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, se presentan así en un resumen público: “Coaccionar y abusar sexualmente de niñas, niños y mujeres; delitos financieros; obstruir las investigaciones penales sobre sus fechorías. Los acusados y sus cómplices llevaron a cabo este plan durante décadas, abusando de generaciones de miembros de la Iglesia y destruyendo luego las pruebas para obstaculizar su detección por parte de las fuerzas del orden de cumplimiento de ley. Los acusados y sus cómplices utilizaron la iglesia como vehículo para cometer tráfico sexual de mujeres y niños; inducir a las víctimas, incluyendo niños y niñas, a viajar para participar en actos sexuales forzados e ilegales; producir, recibir, distribuir y poseer pornografía infantil; emplear trabajo forzoso de miembros de la Iglesia; estructurar ilegalmente transacciones en efectivo y contrabando de grandes cantidades de dinero en efectivo; y obstruir la justicia para ocultar sus delitos”.
La exposición es terrorífica.
Es evidente que los abusos cometidos a personas de buena fe, en un contexto religioso, adquieren una dimensión especial ante la sociedad. El daño rebasa por mucho lo que pueda relacionarse con patrimonio o recursos económicos.
Al margen de lo que ocurra en los meses siguientes mientras se desarrollan los juicios, cabe otra vez avergonzarse por la nula acción de las autoridades en Jalisco y en México.
¿Por qué actúan los fiscales en Estados Unidos? Porque de los delitos que se apuntan, muchos ocurrieron en territorio norteamericano. La Luz del Mundo se ha extendido al otro lado de la frontera.
La duda es una exigencia: ¿Seguirá el silencio sobre todo esto en nuestro propio país?