La iniciativa para reformar la Ley de Amparo, ¿beneficia realmente a los ciudadanos, como es el espíritu original de esta herramienta, o termina favoreciendo al propio gobierno al limitar suspensiones y restringir la capacidad de defensa?
Esto no es cualquier discusión. El amparo es, para la gente de a pie, la herramienta más importante que existe en México para defenderse de los abusos del gobierno. Cuando le quitan fuerza, diciendo que es “modernización” o para “hacer todo más rápido”, en realidad lo que están haciendo es un retroceso, y debemos decirlo sin rodeos.
Imaginemos una comunidad que busca detener una obra contaminante que amenaza el medio ambiente –como ha ocurrido con la construcción del Tren Maya–. Con los cambios propuestos, esas comunidades podrían quedar indefensas frente a la autoridad que autorizó el proyecto.
El amparo nació para proteger al ciudadano, no para blindar al gobierno. Detrás del discurso, está la intención del Estado mexicano de continuar con una ingeniería política para concentrar el poder, propia de un régimen antidemocrático y autócrata. Las acciones, reformas y leyes impulsadas por los gobiernos de Morena tienen como objetivo claro reducir los contrapesos, limitar las libertades y acumular el poder en un solo actor político, ya sea el partido, la presidenta o el grupo gobernante.
Estos regímenes se caracterizan por:
1. Reducir el margen de acción del Poder Judicial (a través de reformas judiciales y la limitación del amparo).
2. Debilitar a los organismos autónomos (electorales, de transparencia, de competencia).
3. Centralizar funciones en el Ejecutivo (en áreas como salud, educación y seguridad).
4. Utilizar los programas sociales y presupuestos como herramientas de control político.
5. Modificar las reglas electorales para favorecer al partido en el poder.
6. Eliminar las herramientas con las que cuentan los ciudadanos para defenderse del gobierno ante cualquier arbitrariedad.
El amparo es, en esencia, la última línea de defensa del ciudadano frente al Estado. Reducir sus alcances no fortalece la justicia, sino que la debilita. En el fondo, lo que está en juego no es un tecnicismo legal, sino la libertad y los derechos de millones de mexicanos.
Acción Nacional, ante un tema tan delicado y de difícil entendimiento para el ciudadano, se compromete a continuar señalando el desmantelamiento de la vida democrática en México. No aceptamos que se disfrace de modernización lo que, en realidad, podría convertirse en un golpe a las libertades. La democracia se mide en la capacidad de los ciudadanos para ponerle límites a la autoridad, no en qué tan cómodos se sienten los gobernantes con las leyes que deberían restringirlos.
Porque se trata de tí, seguiremos en resistencia contra el régimen voraz de la 4T.