Después de una semana de haber iniciado las protestas de grupos estudiantiles dentro de la Universidad de Guadalajara, la rectora general de la institución, Karla Planter Pérez, apareció públicamente en las redes sociales a presentar su respuesta a las demandas de quienes se dicen integrantes de la Universidad y se han manifestado: hay disposición al diálogo y también a atender las peticiones que son razonables.
La rectora, sin embargo, descartó tajantemente que se vayan a atender algunas solicitudes que a primera vista están fuera de lugar, como el establecimiento de espacios para el consumo de mariguana en centros universitarios y eliminar el proceso electoral para la integración del Consejo General Universitario.
Sobre lo primero, indicó que la Universidad es un espacio de conocimiento, de modo que no hay posibilidad de aceptar la petición para lugares de consumo de cannabis.
Sobre anular la elección interna, indicó que no es posible porque atenta contra los derechos de los 360 mil integrantes de la Universidad.
En un punto específico que también ha estado presente en las demandas: la desaparición de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la rectora indicó que la organización estudiantil no solamente seguirá, sino que además ha sido artífice para logros universitarios como el descuento en las tarifas de transporte público para estudiantes y la defensa de la Universidad en diferentes episodios de la vida reciente del Estado de Jalisco.
Lo que se puede ver de inmediato es que Karla Planter cierra filas con el grupo universitario que es dominante en los órganos de gobierno de la institución educativa, pero además subraya que no se permitirá la intromisión de agentes externos que se aprovechan de las causas legítimas de los estudiantes para fines políticos ajenos a la institución educativa.
Mientras la rectora difundía este mensaje, seguían algunas protestas ahora en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI).
Lo que se puede sacar en claro del mensaje de la rectora, es que no hay intención de obtener una reconciliación a cualquier costo con quienes protestan, aunque se les dará espacio. Pero además, se subraya que hay actores externos a la Universidad. Era necesaria la respuesta y el posicionamiento oficial de la primera rectora de la UdeG, que también ha logrado el consenso y el apoyo del Gobierno del Estado.
Todo indica que las protestas terminarán por diluirse y cuando sean atendidas algunas de las demandas que se inserten en la propia agenda universitaria, pero que no modifiquen su estructura y los acuerdos políticos que le han dado estabilidad desde hace décadas.
Realmente, los grupos internos de la Universidad que están en contra del “establishment” actual, tendrán que buscar por la vía de elecciones y la competencia interna, y no de las protestas, insertarse en la toma de decisiones.