El Día Internacional de las Lenguas de Señas se celebra el 23 de septiembre con el objetivo de sensibilizar sobre su importancia para hacer valer los derechos humanos de las personas sordas, así como para proteger su identidad lingüística y promover la diversidad cultural internacional.
Las lenguas de señas no son meros gestos; son sistemas lingüísticos completos que abren un mundo de posibilidades para la atención de las personas sordas.
Mediante la resolución A/72/439, la Asamblea General de la ONU estableció esta fecha porque en ese día se constituyó la Federación Mundial de Sordos en 1951. Esta organización ha sido clave en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad auditiva en todo el mundo, y tiene como principal objetivo la preservación de los lenguajes de signos y la cultura sorda, como prerrequisitos para la realización de sus derechos.
El primer Día Internacional de las Lenguas de Señas se conmemoró en 2018 como parte de la Semana Internacional de los Sordos, la cual se celebró por primera vez en septiembre de 1958; desde entonces se ha convertido en un movimiento global que ha contribuido a crear conciencia sobre los desafíos que enfrenta la comunidad sorda en su vida cotidiana y a promover la inclusión.
Es importante mencionar que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en su artículo 2, reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas. Establece que tienen el mismo estatus que las lenguas habladas y obliga a los Estados parte a que faciliten su aprendizaje y promuevan la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.
Las lenguas de señas deben ser consideradas como un derecho humano esencial en México, destacando su papel en la educación, la comunicación y el acceso a servicios. Sin embargo, a pesar de los avances, muchas personas sordas en México aún enfrentan barreras significativas para acceder a ellas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay aproximadamente 2.4 millones de personas con discapacidad auditiva, de las cuales una parte significativa utiliza la Lengua de Señas Mexicana (LSM) como su principal medio de comunicación. No obstante, el acceso a la LSM y a servicios de interpretación sigue siendo limitado en muchos ámbitos de la vida.
Los estados deben facilitar el aprendizaje de la LSM desde temprana edad y promover la identidad lingüística de los estudiantes sordos, para permitirles un desarrollo integral y su participación plena en la sociedad. La educación inclusiva es fundamental para garantizar que las personas sordas tengan acceso a una educación de calidad. En este rubro la profesionalización de los docentes y el contar con mayor número de intérpretes de LSM es de suma importancia y así atenuar la brecha de desigualdad.
El acceso a la información y la comunicación es esencial para que las personas sordas puedan tomar decisiones informadas y participar activamente en la vida social y política. Los Estados deben garantizar el acceso a la información en LSM o mediante el apoyo de intérpretes profesionales en todos los ámbitos de la vida, desde la salud hasta la justicia.
Es importante que toda la información y la comunicación para grupos de atención prioritaria sea proporcionada en formatos accesibles, la interpretación en lengua de señas mexicana, el material de video con subtítulos, entre otras ayudas técnicas son esenciales.
El acceso a los servicios es otro derecho fundamental que se ve afectado por la falta de acceso a la LSM. Los estados deben proporcionar intérpretes de LSM en todos los servicios públicos, como hospitales, escuelas y juzgados, para garantizar que las personas sordas reciban la atención que necesitan en igualdad de condiciones. Debe garantizarse el acceso de las personas sordas a todo tipo de servicio, programa social, actividades artísticas y culturales, contando con la interpretación de LSM u otras ayudas técnicas.
Las lenguas de señas son un derecho humano esencial para la comunidad sorda en México. Su acceso es fundamental para garantizar la inclusión, la igualdad y el pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas sordas. Es momento que los estados, la sociedad civil y los individuos trabajen juntos para garantizar que todas las personas sordas tengan acceso a la LSM y puedan participar plenamente en la sociedad.
Al conmemorar este día, reconocemos los avances logrados y los desafíos que aún quedan por delante para garantizar la igualdad para todas las personas. Los logros nos acercan al objetivo de un mundo inclusivo en el que todas las personas sordas puedan comunicarse mediante señas en cualquier lugar.