Cada 21 de septiembre desde el año de 1981 se conmemora el Día Internacional de la Paz. En ese marco, el pasado martes 24 me reuní en la Cámara de Diputados con representantes de diversos ámbitos de la sociedad y de todas partes del país, para celebrar el Foro “100 Lideres por la Paz” convocados por Hiram Valdez presidente de COMNAPAZ –un jalisciense comprometido–, conscientes de que nuestro país atraviesa por una crisis de inseguridad y violencia profunda, producto de la herencia neoliberal, una política que a nivel internacional dejó una desmedida e inhumana devastacion que por décadas ha corroído el sistema político no solo de México.
La herencia neoliberal nos dejó un mundo donde la explotación del hombre por el hombre para producir riqueza fue la constante. En la actualidad, los embates han impactado y degradado el tejido social, erosionado la confianza en las instituciones y afectado profundamente la calidad de vida de millones de personas.
Coincidimos en que es fundamental construir modelos integrales que atiendan el tema de la inseguridad “no con una perspectiva limitada de policías y ladrones”, sino con un modelo estructurado, focalizado y que afronte los factores generadores de violencia a través de la construcción activa de condiciones de justicia, equidad, participación social y bienestar colectivo, es decir, buscamos institucionalizar la paz como política pública “transversal, en los tres niveles de gobierno a través de una agenda común de paz desde la corresponsabilidad entre ciudadanía y Estado. Debemos dejar de pensar en las políticas públicas como instrumentos fríos y convertirlas en acciones cálidas, personales, donde el individuo sea el centro de las políticas, donde se desarrollen a partir de las necesidades individuales, personalísima. Debemos dejar de evaluar las políticas públicas con números, estadísticas, porcentajes y gráficas, y medir su efectividad por la satisfacción y la calidad de vida de las personas, reitero, en lo individual”.
Porque tal como lo indica la declaratoria de la ONU de 1999, “la paz no es únicamente la ausencia de conflicto, sino una construcción social activa, sostenida en valores, actitudes, comportamientos y estructuras que fomenten la convivencia armónica, el respeto a los derechos humanos, la equidad y la justicia. Esta declaratoria exhorta a los Estados a generar políticas públicas orientadas a educar, sensibilizar y actuar en favor de una cultura de paz”.
Es por ello que, derivado de los trabajos del foro 100 lideres por la paz, me he comprometido con COMNAPAZ, para impulsar la aprobación de un paquete de cinco iniciativas que van de la educación a la cultura y deporte. Comenzaremos los cabildeos necesarios y además, involucraremos a las comisiones respectivas para hacer posible hacer un cambio de fondo en el lenguaje y la vida cotidiana de todas y todos los mexicanos, donde la cultura de la paz sea el lenguaje activo y una filosofía de vida, por supuesto dentro del humanismo mexicano.