Sheinbaum en Jalisco, la UdeG su anfitriona
Ayer domingo, la presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, visitó Jalisco. El acto se realizó en la Plaza Bicentenario del Conjunto Santander, al interior del Centro Cultural Universitario de la UdeG. En ese sentido, la Universidad de Guadalajara no solo fue sede, sino una anfitriona simbólica del evento: la casa de Leones Negros se convertía en el espacio institucional que da legitimidad al mensaje presidencial.
Más allá de las clásicas críticas sobre si hubo acarreos, es evidente que el morenismo en Jalisco movilizó a su gente para arropar a Sheinbaum en su presentación estatal del informe. El evento se llenó al máximo: muchos se quedaron afuera, el aforo fue insuficiente para el número de asistentes.
Al informe asistieron —además de la presidenta— integrantes de su gabinete federal: Marcelo Ebrard (Secretaría de Economía), Edna Vega (SEDATU), David Kershenobich (Salud), Ariadna Montiel (Bienestar), Jesús Esteva (SICT), Raquel Buenrostro (Anticorrupción y Buen Gobierno), Martí Batres (ISSSTE), Leticia Ramírez (Coordinación de Asuntos Intergubernamentales y Participación Social). También participaron figuras del morenismo local, y por supuesto el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro.
Se notó la organización del evento: aunque hubo pequeños grupos que se manifestaron en los alrededores —estudiantes, colectivos o ciudadanos con peticiones— su presencia fue menor frente a la masa entregada al acto central.
Pero lo que deseo destacar aquí es otro detalle simbólico: que la UdeG haya fungido como anfitriona no es asunto menor. Esta universidad ha sido percibida como una aliada de Sheinbaum desde su etapa como aspirante presidencial. Al ceder el espacio universitario para su informe, se envía una señal potente de alianza cultural, política e institucional.
Durante el evento, cuando varios asistentes comenzaron a abuchear al gobernador Lemus con gritos como “¡Fuera Lemus!”, la presidenta intervino en más de una ocasión para poner orden y pedir respeto para el mandatario estatal. Subrayó que con Lemus ha mantenido buena coordinación. Esa defensa pública del gobernador —en presencia de críticos y simpatizantes— es parte de una estrategia simbólica de recomposición política: mostrar unidad en el gabinete federal-local, disuadir rupturas visibles y proyectar gobernabilidad.
No puede pasar desapercibido que el evento se realizó en la Plaza Bicentenario, un espacio que fue concebido para conmemorar la historia, pero que ahora funge como escenario de la política presente. El lugar, rodeado de símbolos culturales y académicos, proyecta la idea de que el gobierno federal busca legitimarse no solo en plazas públicas tradicionales, sino en los recintos del conocimiento y la cultura. Es una manera de decir que la narrativa de la 4T también pretende echar raíces en los espacios que representan formación crítica y producción académica.
Igualmente significativa fue la constante referencia al respeto y coordinación entre la presidenta y el gobernador Lemus. Que Sheinbaum pidiera silencio y respeto para él no solo fue un gesto de cortesía política, sino una puesta en escena de gobernabilidad compartida. En un Estado donde Morena aún no logra consolidar gubernaturas, la señal de la presidenta es clara: en Jalisco no habrá ruptura abierta con el Ejecutivo local, sino diálogo. Ese gesto, frente a miles de asistentes, buscó marcar un tono distinto al de la confrontación, enviando un mensaje tanto al círculo rojo como a la sociedad: la política nacional y la local deberán aprender a coexistir.
