Sin lugar a duda, a través de los años el futbolista mexicano siempre se ha quedado en el “ya mérito”, en el “cualidades las tiene”; “si se decide, tiene todo para emigrar”, y frases similares. Siempre, pero la realidad es que los jugadores mexicanos no pueden convertirse en futbolistas rentables en el futbol de primer mundo, como el europeo, en donde siguen siendo caros y de adaptación dudosa.
Después del “boom” de Mundial del 2006, del que salieron al extranjero una buena cantidad de futbolistas mexicanos, la exportación de jugadores nacionales han venido a menos, tanto así que actualmente solo Santiago Giménez, delantero del Milán, es el único representante mexicano en un “equipo élite” del balompié internacional; los demás navegan en equipos de media tabla para abajo en ligas importantes como la Premier o la Serie A; el resto militan en conjuntos de medio pelo o de ligas inferiores a las top del mundo.
Tal es el caso de Mateo Chávez, en Holanda; Montes, en Rusia; Huescas, en Dinamarca; Huerta, en Bélgica, etc.
En nuestra Liga MX siempre son grandes prospectos que terminan por no consolidarse. Ahora mismo, el delantero del Guadalajara, Armando “La Hormiga” González, despunta por sus más recientes goles. Sin embargo, Chivas siempre genera una gran expectativa por la falta de resultados, y la presión por los mismos termina reventándolos, provocando su salida a otros conjuntos de la misma categoría o incluso de la Liga de Expansión.
La principal carta que tiene en futbol mexicano en estos momentos es el niño maravilla Gilberto Mora, quien desde su debut deslumbró a propios y extraños y lo llevó incluso a convocatorias a la Selección Mayor a pesar de sus 16 años de edad. Mora no solo se ha ganado un puesto en las convocatorias, sino incluso un puesto en la formación titular del “Vasco” Javier Aguirre. El mediocampista mexicano no defraudó, incluso en el Mundial Sub 20, donde porta el gafete de capitán y es pieza indispensable del Tricolor.
Esperemos que sigan saliendo más Moras, que no dudó haya muchos en las divisiones inferiores, pero necesitan oportunidad, confianza y continuidad para poderse mostrar, porque si no, seguiremos esperando los garbanzos de a libra por no tener una verdadera política de creación y formación de jóvenes futbolistas mexicanos.