Al presidente municipal de Tonalá, Sergio Chávez Dávalos, le corresponde un legítimo reconocimiento: inauguró en su municipio el Hospital Tonalá Centro. Se trata de un hospital público que sigue el modelo del “hospitalito” de Zapopan. Está equipado y preparado para atender urgencias de cualquier naturaleza, pero al recorrer sus instalaciones es evidente que habrá dos principales líneas de actividad: atención de partos y pediatría, y el servicio de diálisis para enfermos renales.
Durante las últimas décadas, la información que surgía del gobierno de Tonalá estaba siempre ligada a deuda pública, denuncias por el exceso de plazas de burócratas y abuso del erario, además de las deficiencias en los servicios.
En contraste, en esta segunda administración, el alcalde Sergio Chávez se dispone a entregar cuentas claras y una deuda pública disminuida y manejada con disciplina, pero además de otras políticas públicas aplicadas, entrega este hospital que se construyó y equipó exclusivamente con recursos municipales.
El Hospital Tonalá Centro requirió 250 millones de pesos. Durante los últimos meses de este año, el municipio inyectará tres millones mensuales para su operación y a partir de enero de 2026, le inyectará cinco millones mensuales, para un total de 60 millones en el año.
Sin embargo, el alcalde reconoce que el Hospital Tonalá Centro requiere 25 millones de pesos cada mes para operar al 100% en todas las áreas previstas.
Por eso, desde que lo presentó en público esta misma semana, manifestó su expectativa de que el gobierno estatal y la Universidad de Guadalajara se unan al esfuerzo y dirección del hospital. Incluso, externó que lo ideal sería que incluyeran este nuevo nosocomio en la red de hospitales-escuela anunciada por la rectora Karla Planter y el gobernador Pablo Lemus, para que se sumara a los tres hospitales civiles ya vigentes y los dos que se construirán en Puerto Vallarta y Ciudad Guzmán a partir de de 2026 y 2027.
Al margen de lo administrativo y los esquemas de salud, lo que el alcalde de Tonalá anhela es que el nuevo hospital perdure en el tiempo y no se vaya a agotar su modelo por falta de recursos económicos.
El tema llama la atención porque si un presidente municipal con un presupuesto que este año no rebasa dos mil 240 millones de pesos ha podido levantar y equipar un hospital, la pregunta es obvia: ¿Por qué no se corrigen las carencias de salud, equipamiento y surtido de medicamentos en el país? ¿Por qué la salud pública es históricamente uno de los rubros que siempre están a la expectativa de más presupuesto y los enfermos deben esperar?
Ahora sí aplica la frase: al margen de los partidos y los proyectos políticos, proyectos como éste requieren la solidaridad y acompañamiento de todos los niveles de gobierno.