Más de dos horas de rock, historia y un mensaje claro; la intensidad de la vida no está en lo artificial, sino en el alma
¿Saben lo que es un ‘Caifán’? para Saúl Hernández, es esa figura urbana, ese personaje marginal, que se niega a la superficialidad, que busca las recompensas en el alma. Inspirado en una vieja película mexicana, ese nombre no es solo una marca, es una declaración. Y justo ese espíritu, el de la entrega total, se vivió ayer por la noche en el Foro Principal de las Fiestas de Octubre.
La gente hizo honor a ese nombre. Cientos de seguidores mostraron una devoción que se mide en horas de sacrificio. Desde la madrugada, el frío y la espera se convirtieron en el precio de la pasión. Hubieron largas filas, acampado en la banqueta, todo para estar lo más cerca posible de la agrupación que forjó la banda sonora de su vida.
En cuanto las luces estallaron, la entrega fue total. Caifanes se apoderó de la noche. Éxitos como “Nubes,” “Afuera” y “La Célula que Explota” fueron temas cantados a reventar.
Y como el auténtico ‘Caifán’ que honra a los suyos, Saúl Hernández dedicó un momento especial a la fidelidad del público. Su voz se dirigió a esos incansables que desafiaron el insomnio: “Esta es para todos ustedes, por ese esfuerzo. Gracias por dormir en la calle por nosotros.”
Y ahí, en medio de la euforia rockera, llegó la reflexión profunda. Saúl Hernández dedicó un sermón laico a los jóvenes, un llamado a la conciencia que pide vínculos familiares de apoyo y una entrega honesta al amor, alejada de la evasión.
Saúl Hernández dijo “Si quieres, arráncate las membranas del alma, pero no te metas nada. Vivan la vida con intensidad, con entrega, y busquen apoyo en la familia.”
Más de dos horas de rock, historia y un mensaje claro; la intensidad de la vida no está en lo artificial, sino en el alma. Las Fiestas de Octubre quedaron muy en alto con la banda que demostró que su espíritu, el del eterno ‘Caifán’, sigue más vivo y encarnado que nunca.
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