El arzobispo de Guadalajara y cardenal de la Iglesia, Francisco Robles Ortega, le dio un giro extraordinario a la Romería de la Virgen de Zapopan: en plena misa, bajo un Sol que calcinaba y mientras los alcaldes de Zapopan y Guadalajara, junto con el secretario general del Gobierno de Jalisco, festejaban la enorme asistencia de feligreses y el “saldo blanco” porque lo más grave habían sido algunas asistencias médicas, manifestó que las fuerzas políticas de Jalisco deben ponerse de acuerdo para sacar adelante la reforma al Poder Judicial en el Estado.
¿De dónde surgió el interés del jerarca local de la Iglesia? ¿Cuál es la lectura que se hace de su petición en Casa Jalisco y en el Congreso?
El mensaje del cardenal Robles, con La Generala como testigo, sacudió por completo.
Las interpretaciones se detonaron.
Entre los diputados de oposición (Morena, PAN, PRI, PT, Hagamos y Futuro), el llamado del clérigo se entendió como un respaldo.
Y en cierto sentido, tienen razón.
La última reacción del gobernador del Estado, Pablo Lemus, llamando a una mesa de diálogo sobre el tema de la reforma al Poder Judicial, fue rápidamente respondida por los diputados opositores: Sí al diálogo, pero en el Congreso, no fuera de éste. Cuando el gobernador lo quiera, puede proponer el día y la hora, y aceptarán. Al menos, es el compromiso público del coordinador de diputados de Morena, Miguel de la Rosa Figueroa.
Sin embargo, está totalmente fuera de rutina que el cardenal Robles Ortega abogue por la reforma al Poder Judicial.
¿Porque Jalisco es uno de los tres estados del país donde no se ha homologado la reforma constitucional? ¿Porque a la Iglesia le preocupa el mecanismo de elección de jueces y magistrados? ¿O porque hay demasiados intereses en juego?
Aunque el cardenal Robles Ortega ya presentó su renuncia como arzobispo de Guadalajara por haber superado los 75 años de edad y en El Vaticano, el difunto Papa Francisco se la aceptó pero le pidió que permaneciera en el cargo hasta encontrarle un sucesor, su influencia como líder de la Iglesia Católica es decisiva.
Desde que es arzobispo de Guadalajara (7 de diciembre de 2011), ha cultivado una postura discreta. Ha sido el reverso de la moneda de su antecesor, el arzobispo emérito y cardenal Juan Sandoval Íñiguez. La que quizá fue su declaración más polémica en todos estos años fue su denuncia de que en las carreteras del Estado de Jalisco hay retenes del crimen organizado. En su momento, el ex gobernador Enrique Alfaro rechazó esa realidad y el tema no volvió a tocarse.
La cuestión ahora es si la declaración del cardenal en esta Romería obligará a que el gobernador Lemus Navarro, el Partido Movimiento Ciudadano y el bloque de oposición, acaben con sus diferencias (superficiales o de fondo) y saquen ya, una reforma al Poder Judicial, con todas las reglas pendientes que deben elaborarse para la elección del año 2027, en la que los jaliscienses elegiremos alcaldes, diputados, jueces y magistrados.