La presidenta Claudia Sheinbaum está empeñada en ganar una carrera por la aprobación pública sobre el desempeño de su gobierno en la atención a los afectados por las lluvias torrenciales de la semana pasada en cinco estados del país. Se ha convertido en el tema central de su agenda de acción y ella misma ha estado presente para hablar con la gente.
A todas luces, la presidenta y su equipo están comprometidos en el apoyo a los damnificados de Hidalgo, Veracruz, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro.
¿Se trata sólo del lado humano de la presidenta y su afán tantas veces repetido por cumplir con su obligación como servidora pública? No hay ninguna razón para dudar de la autenticidad de sus esfuerzos. Pero detrás está, también, la política.
En lo que va de la semana se ha planteado desde diferentes fuentes (legisladores, académicos, especialistas) la pertinencia de reponer el Fondo Nacional de Desastres (Fonden), que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador extinguió en 2021. La presidenta Sheinbaum ha rechazado tajantemente esa posibilidad y afirma que el Fonden era un esquema corrupto; pareciera que para comprobarlo, está apresurando a la maquinaria burocrática del gobierno federal para acercar los apoyos a las zonas afectadas y entregar recursos económicos e infraestructura en todas las comunidades dañadas o destruidas por las lluvias.
Por otra parte, atender a los estados con daños por las tormentas e inundaciones distrae a la opinión pública de las varias reformas que se están aprobando en la Cámara de Diputados y en el Senado. Está por ejemplo, la reforma a la Ley de Amparo y junto con ésta, la aprobación del proyecto presupuestal del país para el año entrante, que repentinamente genera discusiones y análisis sobre la cantidad de impuestos que se aplicarán a los refrescos o bebidas carbonatadas.
Ese tipo de discusiones y análisis se difuminan, se pierden en la narrativa pública, mientras se enfatiza en todo momento dónde están los centros de acopio para los damnificados, cuántos muertos y desaparecidos se han registrado; cuánto ha avanzado la CFE en reponer la energía eléctrica, o cuántos puentes y carreteras debe atender la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
No es posible afirmar que una narrativa deba excluir a la otra. Es muy importante atender a los afectados y las comunidades que sucumbieron ante la fuerza del agua, pero también lo es saber qué están haciendo diputados y senadores.
Seguramente, de este esfuerzo por apoyar a las familias afectadas por las tormentas en cinco estados, la presidenta emergerá con más popularidad y aceptación. Habrá derrotado a quienes defienden al Fonden y concentrará mayor atención pública.
Pero también, se habrán consolidado y publicado reformas y un presupuesto federal que sólo responderá a la agenda de Palacio Nacional.