Este lunes concluyen las mesas de diálogo por la movilidad sustentable de López Mateos, una iniciativa del gobernador del estado, Pablo Lemus. Se trata de un ejercicio de participación ciudadana que busca atender, entre todas y todos, una problemática que se ha agudizado en los últimos años en una de las vialidades más importantes del sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Estas mesas han estado integradas por vecinas y vecinos de la zona, cámaras empresariales, sectores académicos, colectivos, funcionarios y especialistas. En ellas se han analizado tanto las causas como las posibles soluciones a un escenario tan complejo en esta arteria que conecta a Zapopan y Tlajomulco.
Lo cierto es que este problema no es exclusivo de López Mateos; se repite en distintos puntos de la ciudad y todo indica que seguirá creciendo si no cambiamos el paradigma sobre cómo nos movemos y cómo planificamos nuestro entorno urbano.
Pensemos en el modelo de ciudad que queremos. Tenemos el ejemplo de nuestro vecino del norte: Los Ángeles, una urbe que apostó por una movilidad centrada en el automóvil, con autopistas de hasta diez carriles por sentido. En contraste, Tokio, en Japón, prioriza el transporte masivo; allá, solo es posible adquirir un auto si se demuestra que se cuenta con un espacio privado para estacionarlo. Los resultados hablan por sí mismos: En Los Ángeles, desplazarse sin un vehículo personal es casi imposible; eso implica un alto costo en tiempo, exclusión para quienes no tienen auto y una demanda constante de ampliar las vialidades.
En Tokio, una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, el transporte público eficiente garantiza inclusión, calidad de vida y una mejor gestión del espacio urbano.
Por supuesto, nuestras condiciones territoriales y sociales son distintas, pero justamente las mesas de diálogo han servido para entender que la solución en López Mateos no será ni sencilla ni unidireccional.
Arrastramos las consecuencias de una planeación urbana que, durante décadas, no priorizó la movilidad sustentable; enfrentamos los retos del transporte público y el uso desbordado del vehículo particular, que hoy ha derivado en un caos vial insostenible.
En una metrópoli donde el 60% de las personas se desplaza en transporte público y el 30% en vehículo particular, resulta indispensable pensar en soluciones incluyentes, donde las personas sean la prioridad. Los diálogos sobre López Mateos son un ejemplo de cómo la colectividad puede generar soluciones reales e innovadoras, pero también son una invitación a repensar cómo queremos vivir.
Porque las soluciones no vendrán solo de una obra o de una autoridad, sino de la capacidad de escucharnos, de colaborar y de construir juntas y juntos una nueva visión de ciudad. De esta manera, el resultado que se obtenga de estas mesas de diálogo, tendrán la legitimidad de haber sido el producto de un ejercicio abierto de escucha, donde gobierno y ciudadanía trabajamos de la mano. Esa es, sin duda, la ruta hacia una ciudad más humana.