Relanzamiento… ¿se renovó el PAN?

El Partido Acción Nacional (PAN) anunció ayer su “relanzamiento” en el país. Va implícita una pregunta: ¿Se renovó el PAN? La respuesta no puede ser inmediata. Hay que esperar, aunque todos los indicios apuntan a una respuesta negativa.
Modificar la imagen del escudo panista es un mero ejercicio de marketing. Pero si los resultados son positivos, puede ser también un éxito de imagen.

Como suele decirse obsequiosamente cuando se habla de que le vaya bien a una administración gubernamental para “que le vaya bien a todos”, es posible afirmar que si el PAN se reconstruye, se identifica con la ciudadanía y se convierte en un partido político fuerte, los mexicanos en general ganaremos.

Esto lo he sostenido una y otra vez en los espacios donde puedo compartir opinión: un sistema de partidos políticos sólido e influyente, operará siempre en favor de la democracia mexicana. Tener una nutrida y permanente discusión ciudadana de posturas partidistas es positiva; lo peor que nos puede pasar es, como sucede actualmente, que los partidos políticos pierdan influencia y se conviertan en un puñado de grupos políticos rechazados y tachados como parias sociales incluso por el gobierno.
La clase gobernante, tanto federal como de los estados, debería tener siempre el contrapeso de los partidos políticos como expresión de un sector de la sociedad que revisa, exige y presiona al gobierno en turno. En México, lamentablemente, los partidos políticos están lejos de cumplir esa tarea.

¿A dónde puede conducir el relanzamiento del PAN?
Si el esfuerzo es serio, real y valiente, debe conducir a la apertura que anunció el dirigente nacional Jorge Romero: total apertura a ciudadanos que quieran integrarse al partido y conseguir incluso, su credencial de militantes sin necesidad que otros los avalen.
El discurso suena muy bien. ¿Tendrán la valentía de aceptarlo? Ya hay quienes ven el riesgo de que se otros se infiltren y saboteen al PAN. En una actividad política de alcance nacional siempre habrá riesgos, pero si un partido político se toma en serio la tarea de regresar a la gente, de detener la caída en el prestigio de los partidos políticos y ofrecer proyectos para la nación, el resultado a fin de cuentas, será positivo.

En pocos días se sabrá, por el discurso y la capacidad de inclusión, si el proyecto es auténtico o es una mera jugada política que intenta sorprender a los mexicanos.