Durante su discurso en La Paz, Paz señaló que Bolivia “vuelve a recuperar su escenario internacional”
El senador de centroderecha Rodrigo Paz fue elegido presidente de Bolivia en la segunda vuelta electoral celebrada este domingo, con lo que concluyen dos décadas de gobiernos de izquierda iniciados en 2006 con Evo Morales.
De acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral, Paz obtuvo 54.6% de los votos, frente al 45.4% alcanzado por el exmandatario Jorge Quiroga, con más del 97% de las actas contabilizadas. El presidente electo, de 58 años, asumirá el cargo el 8 de noviembre, en sustitución de Luis Arce, con el reto de enfrentar la crisis económica más grave del país en los últimos cuarenta años.
Durante su discurso en La Paz, Paz señaló que Bolivia “vuelve a recuperar su escenario internacional”, en alusión a un nuevo enfoque en política exterior tras los gobiernos socialistas. En las calles de la capital, simpatizantes celebraron el resultado con música, banderas y fuegos artificiales.
El presidente electo propone un modelo de “capitalismo para todos”, enfocado en la formalización económica, la reducción de impuestos y la eliminación de trámites burocráticos. También plantea recortes al gasto público y ajustes en los subsidios a los combustibles, aunque mantendría apoyo para el transporte público y sectores estratégicos.
Paz encabezará la bancada más numerosa del Parlamento, con 46 diputados, pero no contará con mayoría absoluta, por lo que deberá alcanzar acuerdos con otros partidos. Su principal contendiente, Jorge Quiroga, y el empresario Samuel Doria Medina, líder de la tercera fuerza política, podrían jugar un papel relevante en futuras negociaciones legislativas.
Por otra parte, el expresidente Evo Morales, quien no pudo participar en la contienda por una resolución judicial que limita las reelecciones, afirmó que los candidatos en competencia “no representan al movimiento popular ni indígena”. Morales permanece en la región del Trópico de Cochabamba, donde enfrenta una orden de detención por un caso judicial que él rechaza.
Con la victoria de Rodrigo Paz, Bolivia inicia una nueva etapa política tras 20 años de administraciones socialistas, en un contexto marcado por la crisis económica, la falta de divisas y la necesidad de acuerdos legislativos para avanzar en las reformas prometidas.