El 11 de octubre de 2012, en la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU) se acordó reconocer el Día Internacional de la Niña. El objetivo de conmemorar este día es crear conciencia sobre los derechos y los desafíos que enfrentan a diario las niñas.
Es necesario reconocer la desigualdad que existe entre niñas y niños en cuestiones de educación y salud, además de ser conscientes de que los prejuicios y estereotipos aún persisten y rayan en discriminación y exclusión social.
Conmemorar este día se convierte en una importante tribuna para levantar sus voces y abogar por su empoderamiento, recalcando que para muchas niñas, las barreras del género se complican con otras formas de discriminación como vivir con discapacidad.
Hacer sonar su voz abre la oportunidad de derrumbar los obstáculos que enfrentan, mismos que se acentúan cuando tienen esa situación de vida. Es refrendar nuestro compromiso con la equidad.
Parece grotesco que en 2025, todavía exista esta discriminación para las niñas y que niñas con discapacidad, enfrenten una doble vulnerabilidad cuando viven con esta condición. Desafortunadamente las barreras para las niñas con discapacidad no se manejan de la misma forma, aún siendo hombre con discapacidad.
Las niñas con discapacidad, en muchos de los casos, son relegadas a segundo plano en la sociedad y se les niega la oportunidad de una vida digna y equitativa, con igualdad.
Por eso es más que oportuno y trascendente conmemorar el Día Internacional de la Niña y hacer énfasis en las niñas con discapacidad, visibilizar esta situación puede y debe llegar al establecimiento de acciones que terminen con estos hechos excluyentes.
Es por todos conocido que siguen existiendo barreras en la educación y la salud; también se ha observado desigualdad en situaciones de crisis, conflictos o desastres naturales, en los que las niñas con discapacidad tienen que enfrentar barreras adicionales.
A través de la convención de los derechos humanos de las personas con discapacidad y la convención sobre los derechos de los niños, la ONU presenta un espacio para reflexionar sobre los retos de una mayor y mejor inclusión en todos los ámbitos sociales.
También es un momento para promover los derechos de las niñas con discapacidad. Es el espacio en que pueden ser escuchadas, reconocidas, valoradas y respetadas en la vida cotidiana.
Conmemorar un día como este debe traducirse en acciones incluyentes, solo así lograremos una mejor calidad de vida para las niñas con discapacidad, debemos garantizar que exista para ellas la igualdad de oportunidades.
Es relevante que las políticas públicas y los programas sociales en el tema de educación, salud y seguridad, den cuenta de una genuina equidad e inclusión.
Transformar nuestra sociedad, conscientes de las barreras y prejuicios que han limitado durante tanto tiempo el desarrollo de las niñas, es lo que corresponde para construir sociedades más justas, resilientes e inclusivas, recordando siempre que estos cambios sociales nos incumben a todas y todos.