Que una mujer pierda la batalla contra el cáncer es, sin duda, una tragedia, pero cuando son miles de mujeres las que cada año pierden lamentablemente la vida contra esta enfermedad, la situación obliga al Estado a generar políticas públicas eficientes y eficaces para contrarrestar esta gravísima problemática que nos concierne a todas.
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, con el objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de prevenir, detectar y tratar oportunamente este grave padecimiento. En México las cifras sobre el cáncer de mama son alarmantes: según datos de la Secretaría de Salud, esta enfermedad es la primera causa de muerte en mujeres, con una fallecida cada hora.
Ante esta grave situación, la presidenta Claudia Sheinbaum decidió tomar medidas inmediatas de intervención estatal a gran escala, anunciando un nuevo “Modelo de Atención Universal de Cáncer de Mama”, estrategia integral que busca garantizar la detección temprana, el tratamiento oportuno y la atención continua para todas las mujeres del país, sin importar a qué sistema de seguridad social están incorporadas.
La estrategia cuenta con cinco ejes: campañas masivas de promoción y educación, prevención de factores de riesgo, detección oportuna, diagnóstico rápido y atención médica completa. Para que el modelo no quede sólo en una bonita intención, la presidenta está contemplando una inversión sin precedentes en el área médica.
En los próximos dos años se adquirirán mil mastógrafos nuevos (que se suman a los 656 ya existentes en el sistema público de salud), más mil equipos de ultrasonido, lo que permitirá alcanzar una capacidad total de 8.9 millones de mastografías anuales.
Se establecerán 20 nuevos centros de diagnóstico para la interpretación de estudios (sumados a los 42 ya existentes), que estarán conectados digitalmente para que sean consultados por especialistas en cualquier parte del país. A la par, se añadirán 32 unidades hospitalarias oncológicas para la mujer (una en cada Estado), que contarán con servicios de albergue para las pacientes y sus familias.
En total, hablamos de una inversión de 8 mil millones de pesos para este modelo que reducirá drásticamente los tiempos máximos de atención a 30 días entre la sospecha y el diagnóstico, y 21 días entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento; eliminando para ello las barreras institucionales, permitiendo que cualquier mujer sea atendida en cualquier institución de salud pública (IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar) aunque no sea derechohabiente, garantizando así la continuidad de su tratamiento.
El cáncer de mama no es un problema, es el problema de salud más grave que enfrentamos las mujeres, por ende, su atención requiere una estrategia integral como la presentada por la primera presidenta de México. El gobierno está haciendo su parte, ahora nos resta a nosotras hacer la nuestra: autoexplórate, realízate tus estudios, no olvidemos que el cáncer de mama detectado a tiempo es completamente curable.