El pasado 13 de octubre se presentó públicamente la Campaña Nacional de Vacunación Invierno 2025-2026. Ese mismo día, autoridades sanitarias en todo el país, incluido Jalisco, difundieron que esta campaña se enfoca principalmente en la prevención de contagios de Covid-19 e influenza. Sin embargo, fue hasta pasados 10 días que empezaron a distribuir las vacunas.
¿Por qué el retraso en el Sector Salud? ¿Quizá por dificultades de logística? Como haya sido, es nuevamente una mala señal, otro error en el Sistema Nacional de Salud que no deberían permitirse después de las fallas y las irregularidades que se han reconocido en la actual administración federal, en el turbulento proceso de adquisición y abasto de medicamentos.
Con testimonios directos, muchas personas confirmaron que fueron a diferentes espacios de salud para solicitar la vacuna contra el Covid-19. En algunas clínicas del IMSS el personal médico ni siquiera estaba enterado de la campaña de vacunación.
Por lo pronto, hasta ayer se anunció públicamente que ya iniciaba la distribución de las vacunas; fue una suerte de “reinauguración” de la campaña nacional.
Fallas aparte y errores por los motivos que quizá lleguen a conocerse, al menos se puede reconocer que el Estado mexicano hace el esfuerzo por retomar la vacunación en el país. Los biológicos contra el Covid-19 son de dos laboratorios extranjeros: Pfizer y Moderna y nuevamente, son los grupos de población más vulnerables a los que se recomienda vacunarse: mayores de 60 años, menores de cinco años de edad y personas con comorbilidades.
En este punto, vale una consideración importante sólo para contrastar con la pasada administración de Andrés Manuel López Obrador: nunca se concretó el proyecto de la Vacuna Patria contra el Covid, a pesar de los constantes anuncios y la inversión pública correspondiente.
Además, la campaña nacional también distribuirá vacunas contra la influenza, que igual que el Covid, es una enfermedad estacional.
Consideración aparte merece, en especial en estados como Chihuahua y Jalisco, la creciente cifra de contagios de sarampión, que requerirá también la distribución de vacunas suficientes para generar nuevamente un escudo de protección.
Sobre esto último, la historia apenas se está escribiendo.