Los maiceros de Jalisco, Guanajuato y Michoacán van por un tercer día de bloqueos carreteros. Sus protestas provocan incuantificables pérdidas económicas en todos los sectores, alimentan el enojo de la sociedad y exhiben la incapacidad del gobierno federal que lleva lentamente una ronda de ineficaces negociaciones.
Las protestas de los productores de maíz, especialmente de estos tres estados –y seguro por eso, porque no alcanzan a la Ciudad de México, merecen menor atención de la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Agricultura del gobierno federal– han polarizado a la sociedad. Se les apoya en su causa porque es justa: el pago de cinco mil 200 pesos por tonelada de grano no alcanza a pagar los costos de siembra, cosecha y comercialización.
Pero también es frustrante en la experiencia del Área Conurbada de Guadalajara, cómo la urbe queda estrangulada. No sale ni entra el transporte de pasajeros y de mercancías. Miles de personas que están obligadas a viajar se ven obligadas a quedarse y con ello se mutilan sus agendas; ¿cuántas tragedias personales provocan los bloqueos?
Las organizaciones comerciales advierten de las pérdidas millonarias porque mercancías de todo tipo no pueden transitar.
Además, la movilidad cotidiana se complica tremendamente.
El problema de fondo es que la causa de todas estas pérdidas y molestias es un tema particular: la necesidad de los productores de maíz.
Por eso, es increíble que las autoridades federales no hayan atendido todos los avisos lanzados con semanas de anticipación por los líderes de los agricultores. Advirtieron su problema, lo explicaron, pidieron ayuda… y sólo son atendidos cuando protestan y provocan caos.
Sorprende la ineficacia de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y del titular de Agricultura, Julio Berdegué. ¿No se pudo arreglar una demanda con variables totalmente identificadas, antes de que el problema se convirtiera en una protesta social que afecta a millones de personas?
La petición es clara: en lugar de cinco mil 200 pesos, exigen el pago de siete mil 500 pesos por tonelada de maíz. El secretario de Agricultura ofreció sólo seis mil 050 pesos.
¿No puede el gobierno federal resolver este puntual conflicto con una partida especial y después, abordar la problemática estructural del sector maicero para beneficio de los productores? Es evidente que los intermediarios llevan la mayor ganancia y esa situación exige la intervención del Estado para regular el mercado.
Es tan elemental que sorprende cómo es que llegamos a este punto.
Hoy, los bloqueos continúan.