Chivas, ganó otra vez. Chivas regresó a la senda del triunfo y no sólo eso, sino que humilló, goleó y le pasó por encima al acérrimo rival, el Atlas.
Ahora, lo que se vivió el fin de semana pasado en la cancha del Estadio Guadalajara tampoco es para aventar las campanas al vuelo. Sí, Chivas ganó, convenció, goleó, gustó, pero lo hizo contra uno de los peores equipos de la Liga MX. El segundo más goleado, un equipo en transformación, un equipo que no se apareció en el terreno de juego, un equipo que quizá, tuvo miedo, que quizá quedó traumado después de las declaraciones de Aldo Rocha.
En fin, Chivas tiene todavía mucho que demostrar. La calificación directa a la lucha por el título depende solamente de ellos y eso lo tendrán que volver a mostrar el próximo fin de semana cuando enfrenten al Pachuca, un equipo de Jaime Lozano, muy gitano, que gana, que convence, que pierde y que deja dudas. ¿Qué Pachuca vamos a encontrar el fin de semana? ¿Qué Chivas vamos a encontrar el fin de semana? Esa es la gran duda que todos los aficionados rojiblancos se deben estar planteando: ¿Qué va a pasar con Gabriel Milito y sus Chivas?
Tema aparte, la lesión de Diego Campillo. El central rojiblanco se va a perder todo el torneo; ya no regresa a jugar debido a una fractura en el quinto metatarsiano que lo privará, seguramente, de jugar una fase final con sus Chivas, y ahí viene otro problema para Milito. ¿Quién lo suple? ¿Quién es el mejor: el “Tiba”, Tapias, Aguirre? En fin, muchas dudas y pocas certezas.
Chivas sabe que puede regresar a una Liguilla de manera directa después de dos años de ausencia, el problema es ese. Cuando tienen la responsabilidad, tiemblan las patitas.