Primero, un reconocimiento a Carlos Manzo Rodríguez. Fue un hombre cabal, y quizá eso es lo que se necesita y no lo hemos descrito y pedido con claridad: cabalidad en el ejercicio de gobierno. Fue presidente municipal de Uruapan hasta antes de ser asesinado en la plaza pública del municipio, justo en las celebraciones públicas por el Día de Muertos y después de muchos actos públicos en los que denunció la actividad de la criminalidad organizada, las extorsiones y la falta de apoyo institucional.
Hoy, su nombre y el de otros michoacanos está ligado a un nuevo escándalo político nacional: el de la impunidad con la que actúan los cárteles del crimen organizado.
Justo una semana antes de que mataran a Carlos Manzo, también había sido torturado y asesinado un dirigente de productores de limón de la zona de Apatzingán, Bernardo Bravo.
Y no, dos homicidios no ponen a Michoacán en la cúspide de las estadísticas de delincuencia en el país.
El registro nacional seguirá informando de lo que pasa en Sinaloa, Chihuahua, Guanajuato, Tamaulipas, Veracruz y Jalisco, entre otros varios estados del país.
De modo absurdo, el asesinato de Carlos Manzo se ha convertido en las redes sociales en un choque entre quienes defienden a la “cuarta transformación” y quienes critican de modo permanente las fallas en el ejercicio de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Pero la muerte del alcalde de Uruapan no puede ser sólo una discusión en redes sociales.
Desde la presidenta Claudia Sheinbaum hasta su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, gobernadores y una “pléyade” de funcionarios en diferentes niveles y con diversas tareas, posicionarán ahora su condena por el homicidio. No puede ser de otra manera.
Pero lo que importa son las soluciones.
Y no pueden ser lentas.
Se debe actuar ya.
Después del sexenio de Felipe Calderón, tan condenado y criticado por la “cuarta transformación”. Después de Enrique Peña y los 43 de Ayotzinapa, después de la “transformación” que nunca fue más que en el discurso, de Andrés Manuel López Obrador. Después de un año del gobierno de Claudia Sheinbaum y el anuncio de que todas las cifras de delincuencia revelan reducción… después de todo eso, ¿por qué tenemos que seguir esperando?