¡Es una estupidez!
Por más que se maquille con discursos populistas, lo que impulsa Morena en el Congreso de Jalisco es una torpeza monumental: desmantelar un programa que por fin empieza a funcionar.
La verificación vehicular no es perfecta, pero camina hacia la construcción de una cultura ambiental. Sin embargo, los diputados guindas y sus aliados de oposición decidieron retroceder en comisiones legislativas para regresar al sistema de “afinación” de los talleres acreditados, uno de los mecanismos más opacos y corruptos que ha tenido el Estado. Falta subir el dictamen al pleno del Congreso. Y todo indica que tienen los votos para aprobar la reforma.
Es un error borrar de un plumazo un esfuerzo técnico que ha costado años de ajustes. El populismo es caro, sobre todo cuando se disfraza de empatía para ganar aplausos fáciles.
Los talleres acreditados —aquellos que en el pasado funcionaban como cuevas de simulación y mordidas— fueron símbolo de la corrupción institucionalizada. Regresar a ellos es una estupidez con todas sus letras.
La diputada Itzul Barrera y quienes la acompañan en esta aventura legislativa parecen olvidar que la afinación no cumple con las normas federales, ni garantiza una reducción efectiva de contaminantes.
Y mientras el Congreso juega a la nostalgia, la Secretaría de Medio Ambiente del Estado brilla por su ausencia. ¿Dónde está Paola Bauche Petersen? Una secretaria que debería ser la primera en defender la política ambiental del Estado, se esconde en el silencio burocrático. Nada dice, nada defiende, nada propone.
En el fondo, la propuesta de Morena no es técnica ni ecológica: es ideológica.
Mientras tanto, la verificación vehicular ha alcanzado cifras récord —más de 831 mil pruebas en lo que va del año— y empieza a generar conciencia ciudadana. Pero, como suele ocurrir con el populismo, prefieren dinamitar lo que sirve antes que perfeccionarlo.
Morena ha demostrado que gobernar con ocurrencias sale caro. Y esta vez, el costo lo pagaremos todos.
¡Atentos a lo que pasará en el Legislativo estatal!
